1. La Libertad III_32: día 12_aperitivo... y comida


    Fecha: 18/07/2020, Categorías: Sexo Oral Autor: laualma, Fuente: TodoRelatos

    ... abierto para él como nunca necesité abrirme antes para nadie, porque nunca había sentido una necesidad de polla tan grande como en aquel momento. Le busqué la boca con avidez y dejé que me morreara con todas sus ganas, porque quería tener la lengua ocupada y asegurarme así que evitaba decirle todo aquello que quería decirle, que se dejara de consoladores y me follara con su verga auténtica, que quería ser suya de verdad y quería que me empalara con su lanza, que ya no iba a querer dejar de follar con él nunca, todo aquello quería decirle y hundía mi lengua en su boca para evitar hacerlo, y me apretaba a él mientras me follaba, por fin, me follaba tan absurda y falsamente como me habían follado María o Nuria una y otra vez en aquellos días dementes, con aquella polla falsa en un polvo falso, en una follada de mentira que no iba a conseguir sino volverme más loca todavía…
    
    Comprendí lo absurdo de todo aquello, que no revelaba sino lo absurdo de mis propias y continuas negativas, cuando a mitad de follada Pablo empezó a pajearse su polla real, sin disimulo alguno. Y, cuando sintió que yo me iba a correr, dios, gritaba como una perra, habría sido imposible no notarlo, cualquiera de vosotros lo habríais notado también si hubierais estado así conmigo, cuando Pablo lo notó acercó su capullo real a su verga falsa de plástico, y a l momento aquel líquido blanco como de plástico fundido le empezó a manar espeso y asqueroso entre el consolador y mi carne, la carne de su consolador real, aquella verga enorme que no era capaz de consolarme porque yo no le dejaba, amenazando con meterse entre la carne real de mi coño y la falsa carne plástica de su verga de mentira, hundida hasta el fondo de mi vagina, y a cada gope de su follada me arrancaba un grito y su semen me entraba y trepaba a buscar mi útero, bañando mi polla falsa que estaba tan dentro y tan hundida en mí, con aquellos golpes tan bestias de Pablo que parecía querer matarme, y mi primo me estaba metiendo su semen en la vagina al compás de los empujones de su polla, de su polla real pegada a mi coño y a su polla falsa, apoyada y casi metida la punta en mi chocho hirviente. No solo le había notado follarme otra vez, aunque fuera falsamente, sino que le noté correrse dentro de mí con toda su falsedad, llenándome al follarme con el calor de su esperma, perdiéndose de nuevo en mi interior, lubricando mi vagina real para que mi polla falsa pudiera seguir destrozándome un poco más, y ya no se trataba de que me hubiera fregado la vulva y la boca del coño con su vagina, ya no se trataba de que me hubiera vertido dentro su semen fresco como hizo con María (pero a ella con riesgo de preñarla), sino que había conseguido llevarlo mucho más lejos que aquella mañana, aquella mañana después de perder yo la apuesta, sí…
    
    Casi un año más tarde, el esperma de mi primo volvía a alcanzar mi útero, metido a golpe de falsa polla por el propio Pablo. Afortunadamente, yo estaba esterilizada ya para aquella nueva remesa de ...
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