1. La Libertad III_32: día 12_aperitivo... y comida


    Fecha: 18/07/2020, Categorías: Sexo Oral Autor: laualma, Fuente: TodoRelatos

    ... sin estar yo presente. Yo misma recordaba haberlo recogido de cualquier rincón de la habitación de mis padres. ¿Hacía cuánto que Pablo era consciente de aquello? Y yo disfrutando diciéndole aquella mañana que jugábamos con consoladores, pensando que realmente se estaba escandalizando por eso. O… ¿igual sí se había escandalizado sinceramente? Quiero decir… puedo que realmente no fuera consciente de aquello hasta aquel día… que solo después de contarle yo aquello él se hubiera molestado en ponerse a buscar entre nuestras cosas…
    
    Joder. ¿Para qué coño traía aquello ahora? Y… ¿como la había conseguido? ¿Acaso no seguían mis amigas follando en su habitación?
    
    No tuve mucho espacio para seguir pensando en aquellas cosas, que pronto pasaron a ser irrelevantes: supongo que es difícil explicar lo que sentí al verle calzarse aquel arnés en su joven y fibroso cuerpo, ajustándoselo a su cintura y sus piernas, removiéndolo para hacerlo encajar justo encima de su verga. Sujetando ambas a la vez, su polla y mi polla, comparándolas.
    
    - Son casi iguales, prima…
    
    - Vete. Vete, Pablo. Vete de aquí por favor… por favor, por favor... – Sentí un miedo sincero y real de mi primo.
    
    También de mi coño. Lo sentía arder de nuevo ante aquella visión irreal, maravillosa. Pablo con dos pollas. Dos enormes pollas en un mismo cuerpo… No podía aguantar, no iba a ser capaz de aguantarlo. Tampoco podía huir. No podía ni siquiera tratar de moverme. No me quedaba otra salida que rogarle que se fuera…
    
    Él no me hizo caso, claro. Cuando se vio aquella segunda polla crecida entre sus piernas, mi primo se vino arriba. Era un superhombre, y aquello no hacía sino corroborarlo. Y, en realidad, la mera contemplación de su imagen me destrozaba, lo que estaba viendo: mi primo con dos pollas, dos pollones de campeonato… el deseo por aquellas vergas me fundía, aquel deseo era demasiado fuerte, y los gritos de las putas de mis amigas, que no paraban de follar a lo bestia en la habitación del fondo, me volvían loca y me hacían pensar que todo iba a ser posible... inconsciente de mis actos, me empecé a pajear de nuevo delante de él, dándole la razón, me he convertido en una perra, Pablo, sí, y eres tú quien me ha puesto así, y cuando me corría, rápidamente, implacablemente, entre gritos que competían en intensidad con los de ellas, pude escuché su voz retumbando, como si viniera de dentro de mi cabeza.
    
    - ¿Estás bien, Lau? ¿te pasa algo? - ¿Lau? Pablo nunca me llamaba Lau entonces… aquel diminutivo era propio de mis amigas, nunca había sido usado por mi familia.
    
    Jo… pero, ¿y a qué venía de repente auella pregunta? ¿por qué el bastardo se hacía el gilipollas de esa manera? Su sonrisa me parecía grotesca, toda su cara de cerdo me parecía grotesca, aún en medio de la confusión del sexo, el deseo y la corrida.
    
    - Haces ruidos raros… ¿necesitas ayuda, prima…?
    
    ¿Era yo, o Pablo estaba poniendo voz de niño?
    
    - Nooo, pablo, nooooo - gemí, asustada - por favor....
    
    - Pero… yo ...
«12...212223...27»