1. La Libertad III_32: día 12_aperitivo... y comida


    Fecha: 18/07/2020, Categorías: Sexo Oral Autor: laualma, Fuente: TodoRelatos

    ... a desplegar sus avances sobre mi cuerpo, para darle la última estocada. O para que me diera él a mí la definitiva, más bien. Aquel encierro del salón. Aquella sensación de claustrofóbica oscuridad… Joder, no soy capaz de explicarlo, pero con aquella sensación de que mi amiga Nuria se estaba comiendo el pco aire que teníamos allí para respirar, de que iba a ser capaz de asfixiarnos a todos para poder devorar por fin a mi primo después de follárselo, como si fuera una mantis religiosa que llevara todos aquellos días planeando su estrategia mientras se frotaba las manos untadas en semen…
    
    No sé lo que pasó por mi cabeza, pero en aquel opresivo ambiente me había visto tan amenazada que, de pronto, había tenido la certeza de que aquella iba a ser mi última oportunidad. La imagen de Pablo cabalgándole la boca con el miembro como una puta barra de hierro metido hasta dentro no se me quitaba de la mente. La última oportunidad, Laura, me repetía a mí misma una y otra vez. Tu última oportunidad…
    
    Pero, agotada como estaba, era incapaz de reconocer que había cometido un error demasiado grave, un error irreversible ya. Mi último momento no era aquella siesta, qué va. Mi último momento había pasado entre mis dedos aquella mañana en esa misma cama. Y yo lo había dejado escapar. Mi primo ya no estaba dispuesto a seguir jugando conmigo. Lo que había hecho con Nur antes de comer me lo debía de haber dejado claro ya, a esas alturas. ¡Qué locura de día! Había echado un vistazo al reloj de la mesilla antes de desnudarme y dejarme caer sobre mi cama, y aún no marcaba ni la una de la tarde. Habíamos arrancado nuestro día bien temprano, convulsos como estábamos los cuatro por los acontecimientos de la noche y, pese a que la intensidad de todo lo vivido no parecía haber hecho otra cosa que ir en aumento, las horas se obstinaban en seguir su curso habitual que, para mí en aquel instante, parecía en realidad anormalmente lento. Se me había hecho eterna la mañana, y el darme cuenta de que, por mucho que ya hubiéramos comido, ni siquiera había empezado realmente la tarde, cayó en mi ánimo como una losa. Quedaban demasiadas horas por delante y yo hacía ya demasiado rato que me había dado por vencida.
    
    Al fin y al cabo, mi primo y yo ya habíamos hecho demasiado durante todo aquel día que yo me había jurado que sería tranquilo… Y lo habíamos hecho con pleno consentimiento y pleno disfrute por mi parte, a plena luz del día y, para más datos, delante incluso de mis amigas. Pero es que no era solo el hecho de que yo le hubiera dado ya mi pleno consentimiento para tocarme y penetrarme coño y ano con las manos, para mamarme y besarme, para tocarme entera y frotar su sexo con el mío, todo ello libremente y sin condicionantes previos ni línea roja alguna… no, es que, además, él me había controlado aquella mañana, me refiero a que me había dominado… me había sometido. Y para mí, y creo que él lo entendía, aquello significaba en realidad que aquel consentimiento mío le había sido ...
«12...121314...27»