1. La Libertad III_32: día 12_aperitivo... y comida


    Fecha: 18/07/2020, Categorías: Sexo Oral Autor: laualma, Fuente: TodoRelatos

    ... “¡vamos!” sonó, en realidad, como lo que era: una orden hacia el despojo de cuerpos que quedaban detrás de nosotras, mientras yo corría solícita a la voz de mi Ama, como la perrita faldera que era. Como la perrita faldera que siempre había sido con Nuria.
    
    Sentí a Meri a mis espaldas, tropezando lo menos un par de veces. El último vistazo atrás que eché no fue para mirarla a ella, ni mucho menos para tratar de ayudarla, sino para comprobar aturdida que mi pobre primito seguía peleando con su verga para tratar de esconderla dentro de sus apretados gayumbos, cosa que parecía misión imposible después de lo que Nurita le había hecho.
    
    Nur terminó de colocar todo en la mesa baja del salón, mientras cerraba a cal y canto el gran ventanal y las ventanas de atrás y echaba las persianas.
    
    - Como dejemos abierto nos va a entrar todo el calorazo ahora, que estamos en el momento más tórrido del día… - sentenció como si nada.
    
    Aquel inesperado encierro me pesó como una losa, y de inmediato Comemos empecé a sentir una insoportable sensación de claustrofobia. No voy a decir que no tuviera razón; en realidad, y pese a que yo sudaba cada vez más y sentía que me ahogaba, es cierto que la temperatura del salón dejó de aumentar, e incluso parecía que en aquella penumbra inquietante se estuviera desplegando hasta un suave frescor. Pero yo tenía las entrañas atenazadas de nuevo. Nuria y Pablo habían dejado ya de ser una simple amenaza en vacío para convertirse en una amenaza real, que había llegado ya con nosotros y estaba allí para quedarse. Y, lo peor, era que yo misma moría de ganas de que aquel par de cerdos salidos se decidieran a dar rienda suelta a su lujuria delante de mí… nadie nunca me ha dado tantísimo morbo como el que ellos me dieron en aquel momento. ¿Qué pasaría si ella volvía a tomar una decisión tan bestia como la que había tomado tan solo unos minutos antes, sin preocuparse ni de comentármelo primero? Pablo había sido incapaz de resistirse, claro. Pero es que yo tampoco iba a tener esa capacidad. Al revés, igual que él, me iba a entregar como una cerda desmedida, más preocupada por mi propio placer al verles que por tratar de cortar aquello de raíz, como debía.
    
    Pero no era yo la única. También mi primo, claro, el pobre, pero igualmente María… En aquel momento mi novia nos tenía a los tres en sus manos. Y yo no sabía si estaba pasando de aquel sentimiento tan evidente que teníamos, o si realmente estaba jugando con nosotros… Todavía estuvimos un rato en silencio mientras comíamos, o casi. Lo que era a nosotros tres, nos estaba costando demasiado tranquilizarnos, dejar de sudar y poder empezar a llevar una conversación fluida. Nuria, por su parte, no paró de rajar desde el primer momento, aunque en realidad durante un largo rato estuvo más bien hablando sola…
    
    Para cuando terminamos de comer, parecía que estábamos ya más relajados María, Pablo y yo, y que la cosa se había normalizado bastante entre los cuatro. Pero el inesperado frenesí ...
«12...101112...27»