1. La Libertad III_32: día 12_aperitivo... y comida


    Fecha: 18/07/2020, Categorías: Sexo Oral Autor: laualma, Fuente: TodoRelatos

    ... ella directamente), empapádole de blanca leche su pelo azabache y el caoba intenso de su piel lustrosa y brillante…
    
    Cuando se cansó de mamar leche, Nur se levantaó, grandiosa y tranquilísima, como si todo aquello fuera lo más normal del mundo y lo repitiéramos los cuatro a diario, como si no hubiera pasado absolutamente nada, limpiándose la boca babeante de lefa y la cara bañada en aquella película lechosa con el dorso del brazo. Su espalda y todo su pelo seguían surcados por blancas líneas, pero desde delante casi parecía que no había pasado nada de lo inmaculada y seca que iba… salvo por sus braguitas, claro. Aquella prenda era la evidencia de su placer orgásmico, puesto que estaban pastosamente empapadas, con aquella humedad viscosa y chapoteante, blanquecina y pringosa que dejaba claro que prácticamente nada de aquello era ya agua de la piscina, y que el líquido más inocente que saturaba aquella tela era su propio sudor. Pareció por un momento, cuando se puso de pie y notó aquel exagerado chapoteo entre sus piernas, que ella misma se sorprendía de haber mojado tanto; es más, en un movimiento de pubis, y tirando de ellas hacia arriba con las manos, nos las enseñó a nosotras… o, quizás, se las estaba mirando, en verdad, sin poder dar crédito ni ella misma a una respuesta tan provocativamente vulgar de su perfecto y divino cuerpo... Sus bajos estaban cubiertos de una pasta lechosa que hacía que pareciera que ella misma se había corrido con lefa...
    
    Pese a todo, mi novia seguía tranquila, con su respiración perfectamente acompasada, sin una sola gota de sudor visible por su cuerpo, más allá de aquel brillo sutil que perlaba su oscura piel. Parecía fresca, y moderadamente compuesta con aquellas bragas tan perfectamente colocadas, pese a lo guarras que las llevaba, que hacía que pareciera impecablemente vestida, frente a la total desnudez de nuestros cuerpos, agotados, desmadejados y completamente empapados en sudor. Su control total de la situación desquiciaba todavía más nuestros nervios, y terminó de darnos la puntilla cuando, plantándose ante nosotros tres, con los brazos en jarras y apartando nuestros cuerpos con sus pies, soltó (con asombrosa naturalidad) aquello de:
    
    - Pues estuvo bien el aperitivo, pero… ¿Comemos? Que ahora sí que estoy muerta de hambre.
    
    Yo no sé cómo lo hizo, después de haberse zampado la polla de mi primo en mi puta cara como lo había hecho pero, a pesar de todo, se las estaba arreglando para hacernos sentir mal a los tres. Como idiotas, empezamos a vestirnos como pudimos, sobre todo Pablo, que no paraba de soltar su semen por la boca de la polla...
    
    Cogiendo una bandeja, Nur se fue hacia el salón, meneando su culito de Miss Pervertida delante de nosotros.
    
    - ¿Venís? – nos lanzó, a modo de reproche, pero con una encantadora voz cantarina.
    
    - Sí, sí… ¡vamos! – corrí yo detrás de ella con la otra bandeja y las braguitas clavadas en el culo de lo mal que me las había puesto por culpa de la humedad. Mi ...
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