La zorra de vacaciones - Relatos Eróticos

La zorra de vacaciones

... situación.

-Vamos zorrita, vamos a darle un buen espectáculo a tu Amo, que vea cómo me comes la polla-.

Desabrocha el pantalón y la bragueta sacando su polla. La admiro, no es muy larga, pero si muy gordita. Le comento a Sandra que nunca había visto una tan gorda y ella orgullosa me explica con una sonrisa en la cara que está muy bien y da mucho placer.

Es la primera vez que voy a follar una polla de esa envergadura, será todo un desafío. Me coloco de tal forma que Sandra tenga ángulo para grabar y le hago una mamada en serio, mientras él alaba lo puta que soy y me coge del pelo. Me cuesta adaptar mi boca a su diámetro, pero poco a poco me acostumbro e intento dar el mejor servicio posible.

El coche está parado y no hay aire acondicionado, Pedro se agobia y baja del coche para quitarse los pantalones. Cuando vuelve se sienta y deja la puerta abierta, yo a cuatro en el asiento, con el culo en pompa, sigo con la mamada y se le pone muy, muy dura. Tanto que al final me tiene que parar, casi se corre. Su mujer le calma: "Cariño relájate, respira, deja la mente en blanco, tú puedes". Hubiese sido una pena que se corriese tan pronto, pero mi zorrita interna está orgullosa de haberle llevado al límite tan rápido.

Más relajado me dice que le coma los huevos. -Pues vale-. Son muy pequeños, apretados y gracias a Dios el hombre está todo depilado. Y está muy limpio, mucho. No noto sabores ni olores. Me lío a comer huevos y él se va escurriendo más y más en el asiento "más abajo putita, por ahí, por ahí". Me tiro un buen rato en la zona perianal mientras él lo goza. Hasta que escurre del todo el culo y llego discretamente al ano. No es como mi Amo que abre bien las piernas, saca el culo y me incrusta las cabeza entre tus nalgas.

Ummmm ese acto me humilla mucho y me pone muy cerda también. No es una comida ahí a lo bruto anal pero si llego bastante bien y a él le flipa. En todo ese rato con una mano se hacía una paja lenta y con la otra me metía los dedos en el coño.

-Mira cariño que sumisa más buena, como lame esta putita-.

-Si amor, te está haciendo disfrutar mucho, es muy servicial-.

Uy! Sandra ya no está en el asiento del conductor, noto una brisa en mi culo y sé a ciencia cierta que está ahí grabando y viendo mi coño profanado por los dedos de su marido. Me excitan sus comentarios y la exposición.

-Qué mojada estás putita, mira Sandra cómo chapotea, tu Amo tiene mucha suerte. Eres una sumisa muy obediente-.

¡Bien! Una oleada de alivio me inunda, no sabía si los nervios me podrían hacer una mala pasada e impedir mojarme, pero parece que no. Poco a poco lleva mi humedad a mí ojete y también mete ahí los dedos. ¡Joder! Me encanta. Chillo y berreo como una loca del placer, dejando de lamer para poder gritar.

Su mujer ha llevado un paquete de toallitas. Se las ofrece, se limpia los dedos que ha sacado de mi culo y pasa en serio al vaginal. Es un gran detalle. Le pido que me dé fuerte.

-Putita quiero que te ...