Soy una buena chica - Relatos Eróticos

Soy una buena chica

... taburete cercano a donde Sergio sigue sentado. No se ha levantado ni siquiera después de que lo soltaran. Su proximidad es un respiro para mí, me inspira confianza, aunque ambos estamos al sol lo prefiero a estar cerca de ninguno de los asaltantes.

- Niña te vas a quemar y sería una pena con la piel tan bonita que tienes. Arrima ese taburete aquí junto a la mesa que no mordemos.

Algo en la sonrisa del Largo, que es quien me habla, me hace desconfiar profundamente. Al no moverme les veo ponerse serios. Sergio también percibe el cambio de tono de la situación y me susurra que les haga caso, que todo estará bien. A regañadientes tomo el taburete y me acerco a poco mas de un metro de la mesa. No dejan de recorrerme con la mirada. Parecen una manada de leones, mientras los jóvenes retozan y bromean a pocos metros de mí, el león dominante nos mira con gesto perezoso desde cierta distancia.

- ¡Joder! Estoy seco, quiero más – dice el más joven refiriéndose a la cerveza acabada de nuevo en su mano.

- ¡Que puto borracho eres chaval! Frena un poco que no te lo va a quitar nadie – le increpó casi paternalmente el más alto.

- Deja al niño que se relaje hombre – intervino sin embargo Pablo – No era ni un imberbe cuando le enchironaron ¿y tu vas a joderle ahora la fiesta? Anda niña, tráele más cerveza a nuestro amigo.

Sin demorarme un segundo, haciendo cálculos de cuantas más cervezas nos podían quedar en el frigo, me levanto dispuesta a hacer lo que me dicen. No veo venir el gesto.

La mano del mas joven vuela rápida y en curva ascendente se estrella contra mi nalga izquierda, casi desequilibrándome del golpe y haciéndome gritar más de la sorpresa que del daño.

El caos estalla. Veo a Sergio salir disparado contra el chico, en una acción imparable que acaba con ambos en el suelo y la comida desparramada por toda la mesa.

El más alto sorprendido apenas consigue contener el equilibrio cuando la mesa, desplazada por el salto de mi novio y su choque contra el más joven le empuja casi contra el borde de la piscina.

Puedo ver como Pablo, salta como un resorte y en un gesto tan ágil como sorprendente consigue agarrar a Sergio por el cuello, aplicándole una presa implacable, mientras mi amor recibe los puñetazos del más joven que ayudado por su cómplice consigue escabullirse algo y devolver la agresión a mi novio.

En apenas unos minutos lo que era la trifulca mas violenta que he visto en mi vida termina. Atan a mi novio, aun rojo de la congestión y de los golpes recibidos.

El mas joven se va al baño a limpiarse la cara, algo ensangrentada en la boca, fruto sin duda de algún golpe certero de mi novio, mientras suplico a los otros dos que no hagan daño a mi Sergio, tratando de interponerme ridículamente entre ellos y mi de nuevo inmovilizado novio.

- ¡Por favor! ¡Por favor! No le hagáis más daño, os lo pido por lo que más queráis, haremos lo que queráis, seremos buenos, seré buena con vosotros, pero por favor no le golpeéis ...