1. Soy una buena chica


    Fecha: 27/04/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Blanca33, Fuente: TodoRelatos

    ... anunciando que no ha encontrado nada más que eso.
    
    Pablo asiente sin mirarle mientras se acerca a Sergio.
    
    - Supongo que es normal que quieras resistirte, pero te aseguro que no tengo la menor intención de haceros daño, ni a ti ni a tu preciosa novia. Sólo necesitamos un sitio donde quedarnos hasta que estemos seguros de que ya no nos buscan en esta zona. Si todo va bien eso puede ser mañana mismo.
    
    Sergio miraba muy serio al líder de los asaltantes, yo misma podía ver su lucha interna entre lo que le pedía el cuerpo y lo que la razón le aconsejaba.
    
    - No somos criminales de sangre, pero la cárcel es un sitio jodido donde se aprende a hacer lo necesario para que no te jodan. A ninguno nos interesa cargar con mas pena o con una condena por nada chungo si nos acaban pillando, así que tranquilízate y dime que vais a colaborar las pocas horas que vamos a pasar juntos… por tu bien y por el de ella.
    
    La tensión era latente. El flaco no soltaba el pelo de Sergio. Pablo no dejaba de taladrar con su mirada a mi novio, yo no dejaba de mirar la escena conteniendo el aliento, y el más joven… el mas joven no me quitaba la mirada de encima, pero claro yo no estaba pendiente de ello.
    
    Pasados uno segundos que se me hicieron eternos, Sergio asintió.
    
    - ¡Quítale esa mierda de la boca, joder, no queremos que se nos ahogue! – soltó sorprendentemente jovial Pablo dirigiéndose a quien sujetaba la cabeza de Sergio.
    
    Sergio, con la boca ya vacía, resopló y movió el cuello cuando el más alto le soltó al fin también la cabeza.
    
    - ¿Entonces tenemos trato? Quiero oír de tu boca que te portarás bien, que no nos darás problemas y que me garantizas que tu novia será una buena chica también.
    
    - De acuerdo, colaboraremos, no os daremos problemas, pero tienes que jurarme que no nos harás daño.
    
    - Tienes mi palabra chaval – su sonrisa era inquietante como la de un tiburón, pero parecía pese a todo sincero en su tono de decir las cosas – y si tu me das la tuya os soltamos ahora mismo para que estéis más cómodos.
    
    Sin duda era una oferta difícil de rechazar, tanto como sorprendente, así que a Sergio no le costó mucho aceptarla.
    
    El flaco desató a Sergio mientras el mas joven no perdió la oportunidad de saltar nervioso sobre mis ataduras. Mientras me “liberaba” pude percibir por primera vez lo interesado que estaba en mí, o mas en concreto en mis tetas, ya que no dejaba de mirarlas sin demasiado disimulo, hecho que me puso algo incomoda.
    
    Una vez libres, mientras Pablo miraba alrededor, pude fijarme de nuevo en su indumentaria, el mono gris anodino podía encajar perfectamente con ropa de trabajo de cualquier centro de reclusión. Picassent no estaba muy lejos, tal vez aprovecharon algún traslado para escapar y por eso necesitaban donde esconderse. Tenía cierta lógica y audacia esconderse tan cerca de donde habían estado recluidos y a la vez tan próximos a donde no querían volver. Cabría pensar que cualquiera querría salir corriendo lo más rápido posible lo ...
«12...456...22»