1. El rayo verde


    Fecha: 10/03/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: AmoMuyEstricto, Fuente: TodoRelatos

    ... clítoris, aunque ella no tenía palabra para esa parte de la anatomía, y sendas bolitas metálicas golpeaban la pepita del placer y la parte superior. Era la joya que soñaba, una joya que la hiciera disfrutar sin interrupción día y noche. Antes de desenroscarlo, la tocó con detalle y tiró un poco de ella, hasta que Muriel le ordenó:
    
    -Solo desenróscala. Just unscrew -e hizo el gesto con dos dedos de cada mano.
    
    Vika dirigió sus dedos a la anhelada barra y giró las bolas sobre su eje común. Tiró suavemente de las bolas y la barra salió del prepucio con facilidad. Vika observó con detenimiento la piel taladrada y el leve agujero que permanecía como huella de su marca. Muriel cerró las piernas e interrumpió el espectáculo que tanto le fascinaba a Vika, le encantaba ser observada, pero iba a ser un día muy ajetreado.
    
    -Ahora vamos a hacer las maletas, primero ayúdame con la mía -conminó Muriel.
    
    Vika se sorprendió de lo provocativa que era cada prenda de Muriel y se quedó impresionada con su guardarropa lleno de ropa de verano, de pantalones y falditas minúsculas,camisas transparentes, camisetas escotadas y ceñidas. Toda su indumentaria estaba pensada para incendiar la libido adormilada de un impotente gordo con hipercolesterolemia. Una maleta para siete días de ese vestuario ni ocupaba, ni pesaba mucho. Al revolver en su armario, Vika se quedó mirando los diferentes vibradores e insertos anales de distintos tamaños.
    
    -¿Qué son? -preguntó indiscreta.
    
    -Si te portas bien en este viaje, te compraré alguno y te enseñaré a usarlo. Te viene bien usarlos antes de que te use algún hombre -remató Muriel a la intrigada adolescente.
    
    Katia llegó a casa. Había recibido un mensaje mío con la propuesta de que Vika acompañase a Muriel. Al fin y al cabo, seguía de vacaciones y seguro que le apetecía conocer más de España. Al oírla, Muriel se acercó rápidamente a la entrada y Vika se quedó observando la panoplia de imitadores fálicos.
    
    -Katia, quería pedirte un favor. Tengo que ir a Barcelona y me gustaría que Vika me acompañase. No haremos mucho turismo, pero intentaré enseñarle algo. Debemos salir cuanto antes. ¿La dejas venir? -explicó Muriel.
    
    -Так, будь ласка...Будь ласка...Будь ласка -suplicó Vika haciendo mohínes.
    
    -No sé. ¿Qué vais a hacer? ¿Cómo iréis? ¿Cuándo volveréis? -preguntó la madre algo nerviosa. Yo le había comentado que prefería que Vika acompañase a Muriel, pero un viaje tan largo en coche no dejaba de ser un riesgo para su hija. Por otro lado, ella quería que disfrutase de su primer verano en España y la cara de ilusión de la chiquilla era innegable.
    
    -Iremos en coche, salimos cuanto antes, volveremos en unos días, como mucho, una semana -resumió Muriel intentando ser concisa.
    
    Vika miraba a su madre como un cachorro suplicante, no podía evitar complacerla cuando ponía esa carita. Vika vislumbró la sonrisa de su madre y ya intuía la respuesta:
    
    -Está bien. Volveremos a hacer la maleta de Vika. Tres maletas en tres días… ...
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