1. Salida a acampar


    Fecha: 23/04/2019, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... excitación!!
    
    Me monto sobre mi marido y haciendo a un lado mi calzón me lo voy metiendo poco a poco, cuando siento que topa apoyo mis manos en sus hombros e inicio un constante y fuerte sube y baja enterrándome una y otra vez todo su pene sintiendo sus bolas pegadas a mis nalgas, me muevo en círculos y vuelvo a subir y bajar, los dos sudamos, el besa mis senos y lame mis erectos pezones, pero está exhausto por su malestar y evacuaciones de ayer y su pene se va saliendo de mi vagina que apenas alcanzo a tener un leve orgasmo que en lugar de disminuir mi excitación, la aumenta!!
    
    Nos vestimos y regresamos al campamento, cenamos temprano y platicamos un rato, ahí Jaime nos dijo que ya se iban o no alcanzarían el último camión ya que no traían auto, pero estábamos tan a gusto que Raúl le dijo a mi marido: pueden irse con nosotros?
    
    Mi marido se vio comprometido a aceptar, terminamos nuestras copas ya que cenamos con vino para despedirnos, comenzamos a subir las cosas al auto y desarmar las tiendas de campaña, cuando ya estábamos listos, Rosa me dijo si podía ir adelante ya que atrás se mareaba bastante, le dije que sí podía irse adelante con mi marido y yo.
    
    Me entretuve arreglando mi bolso y cuando llegué al auto Raúl y Rosa ya estaban sentados adelante y tuve que irme atrás, nos acomodamos como pudimos pues éramos cinco en un espacio para cuatro personas, estaba mi prima y su novio atrás de Rosa y Raúl, en medio Federico y junto a la puerta Jaime, y ahora dónde me siento dije mirando a mi marido que apenas se subía al volante y sólo se encogió de hombros y no me quedó de otra que sentarme sobre las piernas de , en lo que me acomodaba quedé con una pierna sobre Federico y otra sobre Jaime e iniciamos el viaje de regreso.
    
    Al poco rato Laura y su novio se quedaron dormidos y Rosa cabeceaba, mi marido puso el radio e iba platicando con Raúl y de vez en cuando volteaba a verme por el retrovisor preguntando cómo íbamos o si paraba un rato para desentumirnos, le contesté que no era necesario, al principio los dos iban muy quietecitos y solo nos movíamos para acomodarnos.
    
    En uno de éstos movimientos Federico dejó su mano abajo junto a su pierna rosando parte de mi muslo y nalga derecha, me le quedé mirando y el solo sonrió y puso su dedo en sus labios indicándome silencio, me moví un poco separándome más de él y quedando prácticamente sentada sobre Jaime, quien traía un short corto tipo para jugar volley ball.
    
    La plática de mi marido y Raúl así como la música comencé a percibirla más lejos ya que al llevar las ventanillas cerradas comenzaba a darme sopor y sueño.
    
    No sé cuánto tiempo había pasado pero entre sueños sentía caricias en mis piernas y en mi seno y como Jaime me ponía mis nalgas justo en su pelvis, me desperté y vi a mi marido por el retrovisor qué me sonrió diciendo: cómo vas? Necesitas que pare?
    
    No gracias amor estoy bien.
    
    Aquí ya se durmieron dijo volteando a ver a Rosa y Raúl, aquí también le contesté.
    
    Todos? ...