1. Sonia la puta de UAEM Texcoco


    Fecha: 22/04/2019, Categorías: Hetero Autor: traviesoedwin, Fuente: SexoSinTabues30

    ... el profesor – ¿No puedes aguantarte?
    
    ¡No! contesté con contundencia.
    
    ¡Venga! Puedes ir terminó cediendo al tiempo que los murmullos aumentaban en intensidad.
    
    Me levanté y coloqué mi minifalda para que no se me viese la entrepierna y el culo al andar. Todos me miraban. Con paso ligero alcancé la puerta mientras varias chicas de las primeras filas me criticaban entre susurros. Cuando cerré la puerta del aula, César estaba al final del pasillo, frente a los servicios de las chicas. En cada planta, había un solo servicio. Y era únicamente para las chicas. Todos los chicos tenían que utilizar otro que se encontraba al otro extremo del patio, junto a los campos de baloncesto. Me acerqué hacia él, que contemplaba embelesado mis andares. Con una sonrisa en la boca, quiso decir algo, pero me adelanté a sus intenciones:
    
    ¡Vamos! ¡Rápido! le dije en voz baja pero segura – ¡Vamos dentro que no tenemos mucho tiempo!- exclamé sabiendo que quince minutos más tarde aquellos servicios se llenarían de chicas. Le cogí de la mano y entramos en los lavabos. Él me agarró con fuerza por la cintura y me atrapó contra su pecho, con su cara a escasos centímetros de la mía.
    
    Nunca me había fijado en lo guapa que eras me dijo. Aquel comentario me encantó y la situación era muy excitante. Pero allí no estábamos para declararnos amor eterno. Yo estaba para algo bien distinto. Y, además, no teníamos mucho tiempo. Entonces, me besó mientra acariciaba mi trasero. El beso se convirtió en un intenso morreo que duró medio minuto. Le aparté con fuerza hacia atrás y le dije con todo el descaro del mundo:
    
    Tenemos menos de un cuarto de hora para que te haga una mamada o para que me cojas el agujero que más se te antoje le expliqué – ¡Tú eliges! Pero … ¡con la pasta por delante
    
    Lo empujé hasta uno de los retretes y cerré la puerta con el pestillo. Después me senté sobre la tapa del w.c. Inmediatamente, mi faldita subió hasta mi trasero. Esta vez dejé que se quedase así. Separé las piernas ligeramente, para estar más cómoda, y el tanga blanco asomó por mi entrepierna. Desabroché la bragueta y antes de bajarle los pantalones palpé su paquete.
    
    ¿Ya estás diuro? le pregunté.
    
    Ssssí … Sonia balbuceó. A medida que él se ponía más nervioso, yo me tranquilizaba. Sabía que yo tenía el control. Y eso me gustaba. Bajé sus pantalones y sus calzoncillos. Su rabo apareció frente a mí, totalmente empalmado. No estaba mal. Tenía un tamaño medio, para lo que había visto aquel fin de semana. Lo acerqué a mi labios y besé el capullo con suavidad. Él contrajo todo su cuerpo en un gesto de placer. Después, me lo metí en la boca. Lo mantuve unos segundos dentro y, después lo saqué, bien humedecido por mi saliva. – ¡Ahh! ¡Qué gustazo volver a tener una verga entre mis labios! pensé mientras disfrutaba de su sabor, olor y textura.
    
    ¿Te gusta? le pregunté.
    
    ¡Sí! ¡Mucho! exclamó aún muy nervioso.
    
    Relájate mientras te la chupo dije volviendo a mamar su verga. Comencé a deslizar mis ...
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