1. Sonia la puta de UAEM Texcoco


    Fecha: 22/04/2019, Categorías: Hetero Autor: traviesoedwin, Fuente: SexoSinTabues30

    ... un enema por la mañana. Por lo que pudiese pasar. Decidí que sería buena idea ir adquiriendo las rutinas de una puta y, aunque aún no entraba en mis planes para aquel día usar mi agujero trasero en ela la Universidad gio, tampoco quería cerrarme a nada. Así que, desvistiéndome antes para no manchar mi conjuntito, me coloqué un enema. Unos minutos más tarde, mi culo estaba limpio y dispuesto para lo que se me ofreciese aquel día. Me perfumé bien y me maquillé. Quería estar guapa y dejar claro a todos mi nueva personalidad. Pero si me pasaba con la pintura, en lugar de tomarme por una zorra, lo harían por una payasa. Y no quería eso. Un poco de mascarilla, algo de colorete rosado, rimel, sobra de ojos azul pastel, pintalabios rosa fucsia y … ¡lista! Cepillé bien mi larga melena rubia y, volviendo a ponerme la ropa, me miré al espejo. ¡Perfecta! Era justo el aspecto que quería.
    
    Hasta ese día siempre iba a la Universidad con una amplia mochila deportiva. Pero aquello, además de no ser muy sexy, no conjuntaba con la ropa que llevaba. Así que tomé prestado de mi hermana un pequeño bolso blanco. Apenas si cabía nada en él: unos pañuelos de papel, el móvil, un pintalabios, un lápiz de ojos, las llaves de casa y un monedero. Me colgué el bolsito de mi hombro derecho y cogí la carpeta con mi mano izquierda.
    
    Una última mirada al espejo antes de salir a la calle. Si no fuera por la carpeta, nadie diría que iba a clase. Más que una estudiante, parecía una go-go de discoteca. De esas que bailan subidas en una plataforma. Por fin salí a la calle, sin saber muy bien lo que me esperaba. Estaba nerviosa pero, al mismo tiempo, impaciente por ver la reacción de la gente ante mi nueva apariencia. Me concentré en dejar a un lado la vergüenza que me daba que me vieran así. Pero, si quería seguir los pasos de mi hermana y de mi madre, era algo que tenía que hacer. Tenía que meterme en mi papel: el de una joven y ansiosa zorra dispuesta a todo. Debía mostrarme sensual y atractiva. Pero al mismo tiempo, descarada y provocativa. Y a la hora de expresarme, debía ser directa y clara … pero también algo … ordinaria y soez.
    
    Desde mi casa hasta a la Universidad había un paseo de unos quince minutos. Era muy temprano y aún estaba amaneciendo. Las calles estaban desiertas y durante un rato no me crucé con nadie. Según iba acercándome a la Universidad , empezó a apreciarse cierto movimiento. Me acerqué con el corazón a mil por hora. En seguida me convertí en el centro de atracción. Noté sus miradas en mí, mientras caminaba hacia la entrada. Según iba dejando atrás a algunos de ellos, podía ver de reojo cómo giraban sus cabezas para contemplar mi insinuante trasero. Aquello era buena señal. La primera impresión era crucial. Y les habían impactado. Sonaron varios silbidos que entendí como los primeros piropos. Ya casi en la puerta, pude escuchar algunos comentarios.
    
    ¡Vaya exclamó.
    
    ¡ qué buena está! – añadió otro.
    
    ¿Es nueva? – preguntó alguien.
    
    No sé … nunca ...
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