1. Sonia la puta de UAEM Texcoco


    Fecha: 22/04/2019, Categorías: Hetero Autor: traviesoedwin, Fuente: SexoSinTabues30

    ... antes la había visto aseguró otro de ellos.
    
    Me encantaba escuchar aquellos comentarios sobre mí. Pero me decepcionó el hecho de que no me reconociesen. Llevaba varios semestre en la Universidad y aquellos chicos me conocían de sobra. Bueno … en realidad … conocían a la antigua Sonia . La niña recatada Casi comprendí que no me identificaran. El cambio era brusco. Además, con aquella minifalda, no era en mi rostro en lo que más se fijaban.
    
    Ya dentro dela la Universidad, todos se giraban a mi paso. Era delicioso ser el centro de atracción. Pensaba que iba a darme algo de miedo. Pero no fue así. Al contrario. Estaba tan contenta por aquel recibimiento que no pude evitar dibujar una leve sonrisa. Según avanzaba por los pasillos en busca de mi aula, y ante el éxito que estaba teniendo, decidí empezar a exhibirme de verdad. Comencé a caminar más lentamente, exagerando el contoneo de mis caderas. Moviendo mi culo a un lado y a otro con cada paso que daba. Pude observar cómo todos miraban mi pandero con atención. Casi hipnotizados por el suave ritmo que mis caderas marcaban al andar. Cuando llegué a mi clase, varios compañeros charlaban frente a la puerta. Me acerqué mirándoles con descaro.
    
    ¡Dejad paso a este monumento! – exclamó uno de ellos.
    
    ¡Gracias, chicos! – dije abriéndome paso entre ellos.
    
    ¿Sonia ? preguntó uno – ¿Eres tú?
    
    ¡Claro que soy yo! le aseguré – ¿Es que no me habíais reconocido? pregunté mirando uno a uno a todos ellos, con gesto descarado.
    
    Pues … la verdad … es que no me contestó – ¡Vaya cambio!
    
    ¿Te gusta el cambio? pregunté insinuantemente.
    
    ¡Sí! exclamaron varios mirándose y sonriendo.
    
    ¡Estas tremenda! dijo otro.
    
    Pues acostúmbrense, porque a partir de ahora este es el look que voy a llevar expliqué mientras me giraba y entraba en clase.
    
    Todos y todas me miraron sorprendidos. Me senté en mi sitio y en seguida advertí que la diminuta falda se me subía casi hasta las caderas. Crucé las piernas con cierta dificultad por las dimensiones del pupitre. A duras penas pude evitar que las nalgas se me saliesen de la faldita. Todos continuaban observándome. Los chicos con gestos de admiración y las chicas de desprecio.
    
    Pero … si es … Sonia cuchicheó una de mis compañeras. En la Universidad había una proporción de chicos bastante superior a la de chicas, pero en seguida se formó un corrillo con varias de mis compañeras.
    
    Va vestida como una fulana pude distinguir que dijo otra.
    
    No sé como se atreve a venir así a clase añadió otra – ¡Qué vergüenza! – dijo indignada.
    
    Sus comentarios no me hicieron el más mínimo daño. Nunca me habían caído bien. Y aunque toleraba a algunas de ellas, con las que incluso había mantenido una incipiente amistad, ahora me demostraban ser unas hipócritas y unas reprimidas. Unos segundos más tarde, apareció el profesor de Historia. Todos se sentaron y se hizo el silencio. La clase comenzó, mientras observaba cómo, a pesar de que el maestro comenzaba con las explicaciones, todos ...
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