1. Yo soy hijo de puta// Cap. 1


    Fecha: 22/04/2019, Categorías: Incesto Autor: JOS LIRA, Fuente: TodoRelatos

    ... muchas estimulaciones que me hicieron desearla con los días. A veces la encontraba empinada, levantando cosas del suelo, y mis ojos se iban directo a sus nalgas. Como ella usaba falditas muy cortas cuando yo iba, me era fácil observar sus braguitas de vez en cuando.
    
    A veces dejaba su ropa interior tirada por la casa. Ella me pedía que le ayudara a recoger la basura de la cocina y yo veía sus prendas por ahí. Un día me robé una y me masturbé con ella en su propio baño. Al día siguiente ella me dijo algo que me dejó avergonzado:
    
    “Kike, la próxima vez deja mis braguitas en el cesto de la ropa sucia después de que te masturbes con ellas, porque donde me las encuentre mi marido así de manchadas, no sabes el problema en el que me metes.”
    
    Me deshice en disculpas mil veces. No sabía dónde meter la cabeza. Creí que ya no me contrataría más, pero en los siguientes días comenzó un acoso mucho mayor:
    
    “Mijo, ¿me ayudas por favor a poner la cortina del baño? Figúrate que me iba a duchar y se cayó”
    
    “No se apure, doña Meche, ahora la pongo de nuevo”le decía yo.
    
    Y varias veces, por accidente, se le cayó la toalla delante de mí, desparramándosele sus dos poderosos pechos, carnosos, hinchados, morenos, de areolas amplias y pezones chatos. Yo me quedaba como idiota viéndola, sin saber qué hacer o decir. Después me salía de allí y me masturbaba detrás de su casa, donde nadie me veía.
    
    La tercera vez que me volvió a enseñar sus pechos no se la perdoné. Estaba tan caliente que le di una arrinconada en el baño y, sin saber muy bien cómo hacerlo, se las mamé una y otra vez. Mis manos apenas podían abarcar sus inmensidades. De mi boca ni hablar. Apenas pude comerme la superficie de sus mamas.
    
    Ella me desabrochó el pantalón, me sacó el pene por el hueco de la bragueta y me la meneó, diciéndome lo gorda y dura que estaba para tener la edad que tenía. Me la jaló y me acarició los huevos con tanta maña que Ufff… en menos de cinco minutos ya estaba eyaculando sobre su mano.
    
    —¿Te han chupado la verga antes, Kike? —me dijo la siguiente ocasión mientras le ayudaba a bajar el mandado del mercado de su coche.
    
    —No, señora, nunca.
    
    —Pues te la voy a mamar, ¿eh?, para que te vayas haciendo hombrecito. Vente, vamos a mi cuarto.
    
    Doña Meche me dirigió a su habitación, se sentó en el borde de su cama y me pidió que me bajara el pantalón.
    
    —Me encanta que los de tu edad con cualquier insinuación se les para. Ahora verás lo que se siente que te la chupen.
    
    Doña Meche me agarró mi pene endurecido con las dos manos, lo meneó varias veces, le estiró el cuero y cuando mi glande estaba brillante ante sus labios, abrió la boca y se lo metió, dándome ligeros lametones.
    
    Confieso que las primeras veces eyaculé en su boca a los pocos minutos. Pero las siguientes ocasiones aprendí a contenerme. A doña Meche le gustaba quitarse su blusa, dejar sus pechos obesos desnudos y mamarme la verga hasta que mi leche impregnaba sus melones.
    
    Días después me ...
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