1. El cartel


    Fecha: 21/04/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Charlie Steele, Fuente: TodoRelatos

    ... experimental que me hacia sugestionable a sus órdenes y adicta a su cuerpo, a su olor y a su pija, porque cuando Tony no estaba, él se quedaba a dormir en nuestra casa. Pronto no me importó tu padre, ni ustedes. A los seis o siete meses de estar bajo este condicionamiento, yo ya suplicaba por su falo y lo añoraba cuando no estaba conmigo. Al año siguiente yo ya hacia misiones por y para Don grandote, porque solo pensaba y pienso en él y ya no uso la droga. En una de esas misiones fui yo quien termino con la vida de mi ex jefe por orden de mi macho. Por orden suya casi tres años después nació tu hermana Karen, que no es hija de tu padre: es el producto de la cogida de mi macho. Por eso no es tan blanca como tú, tu papá y yo.
    
    Iván estaba asqueado. No podía creer como todos estos años había estado bajo la educación de una supuestamente amorosa, cariñosa, correcta y justa madre. Pero eso no era lo peor. Se sentía furioso, traicionado. Y aún que había sido al principio violada, drogada, no le cabía que su madre pudiera caer por una droga y por las cogidas de este mal nacido que ahora veía como la enculaba más fuerte y más duro a su madre y ella no hacía más que pedir más y más como si fuera una puta barata.
    
    En un momento agarrándola del cabello, Don Grandote le dijo a su hembra:
    
    —Dile qué más te enseñé, puta.
    
    Araceli gimió y totalmente extasiada, respondió:
    
    —¡Me enseñaste a fumar y a beber!
    
    Ebrio de poder, Don Grandote continuó dando pruebas del control que ejercía sobre esa mujer:
    
    —¿Qué harías por mí, puta?
    
    Iván tenía que aguantar la humillación de escuchar todo eso.
    
    —¡Lo que sea! —respondió Araceli loca de lujuria—. ¡Por mi macho lo que sea!
    
    Ya habiendo probado su punto, Don Grandote miró a Iván a los ojos y le preguntó:
    
    —Entonces Iván, ¿seguro de que no quieres trabajar para mí? ¡Puedes tenerlo todo! Dinero, poder, la puta que quieras… hasta te puedo dejar el culo de la puta de tu madre, claro, si no te importa que ya esté usado.
    
    Y diciendo eso, sacó su macana del coño de Araceli y lo enfundó en el ano de esta, con una facilidad tremenda que denotaba que no era la primera vez que ese orificio era usado.
    
    —Incluso seré bueno y te daré una muestra gratis —dijo Don Grandote loco de placer—. Te voy a regalar su boca para que sea uso exclusivo tuyo. Cariño, ¿por qué no le muestras?
    
    Con la cara desencajada de placer, Araceli respondió:
    
    —Sí mi machooooote…
    
    Acto seguido, Iván vio con horror como su madre empezaba a desabrocharle el pantalón y bajárselo con todo y bóxer, dejando a la vista una polla que para todavía más humillación del joven, ya estaba dura. Era la prueba inequívoca de que le estaba excitando ver a su madre así.
    
    —Mamá… por favor no… contrólate… —suplicó Iván, tratando de apelar a algo que ya sabía: a su madre le daba asco el incesto. Pero Don Grandote iba dos pasos delante:
    
    —¿Crees que a esta puta todavía la asquea el incesto? —preguntó—. Piensa de nuevo: esa fue una de las barreras ...
«12...5678»