1. Vaya aniversario del colegio


    Fecha: 21/04/2019, Categorías: Confesiones Autor: Astrid Carolina, Fuente: CuentoRelatos

    ... de hablar, me tomó del talle, se acercó frente a mi y me besó con intensidad, jugó a su antojo con mi lengua dentro de la boca. Mientras tanto subió mi vestido hasta la cintura y prontamente deslizaba mi calzoncito hacia las rodillas. Me alzó de los muslos y me subió hasta su cintura mientras con una de sus manos acomodaba su verga en mi conchita, hasta que lo consiguió. No fue difícil, ya que la pobre estaba suficientemente húmeda. No vi ese pedazo de carne, pero por lo que sentía era un chico dotado. Estuvimos así un rato, hasta que me la sacó y me hizo hacia adelante como para bajarme de mi gloria.
    
    -Vamos al auto, me dijo.
    
    Caminé tomada de la mano, con el vestido remangado hasta la cintura y con mi calzoncito enganchado en uno de mis zapatos. Apenas llegamos al auto me inclinó sobre la maletera, mis brazos sintieron el frío intenso del metal. Me abrió las nalgas con los dedos y me clavó una vez más esa verga que aún no veía. Empezó a darme por detrás tan fuerte que por momentos sentía que el auto se iría cuesta abajo por la costanera. Se notaba que él la estaba pasando muy bien ahí atrás, ya que a pesar de todo podía escuchar su gemidos en cada embate que me propinaba.
    
    Todo iba bien, cuando de pronto, una voz se dejó escuchar: ¡oigan cochinos! váyanse a un hotel sinvergüenzas. Giré la cabeza, y vi al panadero. Un señor que pedaleaba su triciclo repartidor de pan. Me hizo pensar en la hora. Serían las 5 de la mañana. Mario me tomó de la cintura, me volteó como para que no me pudieran ver el rostro y me condujo hacia el auto. Abrió la puerta trasera y me dijo, ponte en cuatro mi amor. Como pude me acomodé de rodillas en el asiento posterior dejando hacia afuera mi trasero.
    
    - Te va a doler un poquito me dijo, pero te lo tengo que hacer.
    
    Para mis adentros, solo pensaba en lo bien que la estaba pasando. No le contesté. Mi respuesta fue levantar un poco más el culito para que le fuera más fácil ensartarme. Sin más, me puso la verga en mi culito y a la menor presión se abrió mi ano, ya dilatado gracias a Ricardo, dejando entrar esa verga que me provocó un ayyy de esos llenos de placer. Me dio de alma, a pesar de todo se escuchaba unos sonidos raros como de vacío cuando me la sacaba antes de volverla a meter. Al estar en esa posición pude ver a través de la luna del asiento que ya había más claridad y sólo deseaba que acabara para poder ir a casa. Para mi suerte mientras pensaba en ello, y en un último empujón, sentí el semen dentro de mi y un sonido de ¡terminé¡ de Mario. Empecé a retroceder a gatas, hasta que pude poner un pie en la vereda. Me agaché buscando la herramienta que me había dado placer y no me equivoqué. Era gruesa y grande. Aun le brotaba algo de semen, así que entendí que mi deber era ser agradecida y proceder a limpiarla. Me la metí en la boca y la succioné con fruición, la relamía y relamía, sintiendo ese agradable sabor a semen mezclado con el característico olor de mi orificio. Me incorporé y al hacerlo el semen de ...