1. un trato es un trato y como tal hay que cumplirlo.


    Fecha: 20/04/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30

    ... clavaba su verga por el culo, mientras que yo se lo restregaba contra su cuerpo, y gracias a sus agiles dedos disfruté de otro celestial orgasmo.
    
    Cuando terminamos de salir de la ducha, nos dimos un tremendo beso, nos vestimos y le dije a mi amante, que era probable que nunca más volviéramos a estar juntos, ya que cuando le dijera a mi marido que con quien me había acostado era con él, de seguro no lo querría a volver a ver más por la casa.
    
    Mohamed no entendía por qué debía decirle a mi marido, que me había acostado con él, y le dije secamente, un trato es un trato y hay que respetarlo. Explicándole ligeramente lo sucedido entre mi esposo y yo.
    
    Esa noche esperé a mi esposo con una cena como hacía tiempo que no le servía, Danilo al ver mi iluminado y alegre rostro, comprendió que yo ya había cumplido con parte del trato, y aunque algo molesto, indignado, y hasta haciéndose el ofendido, finalmente me dijo. “Parte del trato es que me cuentes todo lo sucedido con lujo de detalles.” y aunque él realmente lo que hizo fue decir, que le había metido su verga por todos lados a la puta esa, por la boca, por el coño, por el culo y entre sus grandes tetas.
    
    Pero sin entrar en detalles realmente íntimos, como los que yo comencé a contarle a él desde el principio, pero después de que cenamos sin decir palabra, nos sentamos en la sala y comencé a decirle, que gracias a la insistencia de él mismo tomé la decisión de hacerlo.
    
    Cuando me preguntó cuando había sucedido eso, le recordé sus palabras antes de salir de casa ese día en la mañana. “Es parte del trato el que tú me cuentes todo lo sucedido.”
    
    Cuando Danilo se enteró, que con quien me había acostado, era el jardinero, la cara que puso valía un millón, varias veces me preguntó. “¿El marroquí? ¿El que nos hace el jardín? ¿El negro grandote ese?” Y todas mis respuestas fueron afirmativas. Se llevó sus manos a la cabeza, como desesperado, pero de inmediato me pidió que continuase, diciéndole lo que había sucedido entre el jardinero y yo, y a cada rato repetía como si estuviera en trance, y con un negro.
    
    A medida que le fui diciendo como me cambié de ropa, y como poco a poco me le fui insinuando a Mohamed, su rostro se fue poniendo más y más colorado, cuando le dije que le había pedido al negro que me sembrase su nabo, Danilo se tomó como cuatro tragos de un solo viaje, y a medida que yo seguía contándole con lujo de detalles, él se me fue acercando, se sentó a mi lado en el sofá y a medida que yo seguía hablando, él me comenzó a desnudar.
    
    Esa noche me di cuenta de que a medida que mi esposo escuchaba todo lo dicho por mí, se fue excitando más y más, hasta el punto que casi me saltó encima y me casi violó, Danilo esa noche, me hizo sentir muy feliz, a su manera y dentro de sus posibilidades, procuró que yo no me quedase con las ganas de disfrutar de un buen orgasmo.
    
    Al día siguiente, fue el mismo Danilo quien, señalando desde la ventana de nuestra habitación, una parte del patio trasero ...
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