Cuidando el perro de mi amiga en su clase de Yoga - Relatos Eróticos

Cuidando el perro de mi amiga en su clase de Yoga

... segundo chorro sale de su interior llenándome la boca de un ligero sabor metálico además del regusto de lima.

Una vez que tenía un tercio de ella en mi boca, sellé su miembro con mis labios para succionarla y lamerla tanto como me fuese posible mientras notaba como iba creciendo dentro de mi boca a medida que la lamía sin dejar de acariciar su base.La habitación estaba en silencio, inundada por la respiración canina y algunos gemidos de excitación que era incapaz de contener mientras la tenía entre mis labios.

Aunque sabía que no había nadie más allí y que todas las ventanas estaban totalmente cerradas, sentía la sensación de que me observaban desde todos los ángulos de la casa. A pesar de todo, en lo único que podía pensar era en aquel miembro que no dejaba de soltar líquido dentro de mi mientras crecía sin parar hasta que llegó a medir un tamaño similar a una mano y tres dedos tamaño y con un grosor que aumentaba hasta los 3 dedos de grosor y que después disminuía ligeramente antes de volver a aumentar aún más en su bulbo.

Estaba deseando ponerme a 4 patas, soltarle y que me montase hasta vaciarse por completo dentro de mi. Quería que me follase como a su perra hasta que me quedase enganchad y notar como seguia soltando sus chorros en mi interior.

Luego, deslicé el helado hacia la punta de mi lengua, cerrando mis labios alrededor de ella para atrapar cada gota dulce y jugosa que emanaba de él.

Mientras dejaba que se deslizase en mi lengua lamiéndolo sin parar como un helado que se derrite constantemente y te obliga a lamerlo y lamerlo,noté como algunas gotas tenían un sabor más intenso que otras, despertando mi paladar con una intensidad dulce y a la vez ácida, como si hubiera sido creado para estimular cada una de mis papilas gustativas.

No pude evitar pensar que había dejado de soltar el líquido preseminal y que ahora estaba "corriéndose" en cada uno de esos chorros llenando mi lengua de su regalito especial.

Mi cuerpo se estremecía ante la sensación del calor que daba deseando que esa experiencia nunca terminara.

El tiempo pasó de tal manera que para mi parecieron horas por la concentración que tenía en mi entretenimiento hasta que una alarma de mi móvil interrumpió mi trance: quedaba media hora para limpiar todo, darme una ducha y encontrarme con mi amiga en la calle mientras la casa se ventilaba. Además de todas las manchas que había dejado en mi ropa tenía la sensación de "oler a perro" que atufaba.

Necesitaba darme una ducha y asearme antes de que fuese aún más tarde. Mi amiga estaría por aquí en poco tiempo y no podía permitir que descubriera nada por motivos evidentes.

Como la ropa estaba manchada y llena de pelos, decidí quitármela y utilizarla para limpiar el suelo lo más rápido posible antes de que llegara mi amiga. Mientras miraba cómo todavía tenía su puntiagudo miembro firme tuve que empezar a limpiar todo rápidamente. Fue difícil apartarme de él, pero no me quedó otra alternativa que quedar con ...