1. Cuidando el perro de mi amiga en su clase de Yoga


    Fecha: 05/04/2020, Categorías: Zoofilia Autor: amaydorei, Fuente: TodoRelatos

    ... entre las patas de mi amigo canino. ¿Debería acariciarla también? Joder, lo estaba deseando. No podía dejar de mirarla y tenía que controlarme con toda mi voluntad para no lanzarme sobre ella como estaba deseando para evitar que se asustase o se distrajera de algún modo.
    
    Me pregunté si había llegado a estar con algún otro animal en sus años de vida y rápidamente me respondí que no ya que conozco a sus dueños y sé que apenas lo juntan con otros perros así era más que improbable que hubiera experimentado ningún tipo de placer de ese tipo. Sentí un poco de lástima por él y me convencí de que ya era momento de que le dieran algo de placer si ponía de su parte.
    
    Sonreí en ese momento y dejé a mi mano agarrarse con algo más de fuerza su miembro en lugar de solo tocarlo tímidamente con la punta de los dedos.Me sorprendo de la sensación extraña y morbosa que es notar cómo se mueve afuera y adentro del capuchón de pelo mientras mi mano la agarra. Es difícil de describir la sensación, similar a cualquier otra caricia al tacto, pero notando la dureza de su polla cada vez más firme y más grande.
    
    En cada movimiento que hacía notaba cómo se deslizaba su miembro dentro y fuera de su funda mientras crecía lentamente en mi mano manteniendo toda la dureza que tenía.
    
    En algunas ocasiones cuando arremetía con más fuerza y mi mano se deslizaba hasta la base de su miembro pude notar cómo estaba dura la base de su miembro en su bulbo esférico que usaba para estar abotonado a las perras como yo.
    
    Ese primer momento de notar todo el bulbo pasando por el interior de mi mano al pajearle es una sensación indescriptible de trasladar.
    
    Empiezo a notar sus movimientos en mi mano. La sensación es extraña, como si estuviera acariciando suave pelaje, y no puedo evitar sonreír ante la sorpresa.
    
    tocando su lomo con la otra mano mientras mi mirada seguía fija en ese miembro rosado lleno de venas finas rojas.
    
    Mientras tanto el suelo y mi ropa empezaba a estar llena de líquido de Jimin, pues desde casi las primeras arremetidas contra mi mano serias con las que empezó a crecer comenzó a soltar pequeños disparos de líquido preseminal.
    
    Tal era mi concentración en notar como se deslizaba a través de mi que apenas me di cuenta de había soltado los suficientes chorritos como para manchar el suelo y mi pantalón de manera bastante notable. No eran disparos muy grandes ni gruesos, sino finos chorros de corta duración, como si cogieras una jeringa de líquido y le dieras un pequeño apretón al émbolo. Pero aunque no era mucha cantidad en cada uno, era algo que hacía constantemente, pringándolo todo a su paso.
    
    Después de no sé cuánto tiempo, decidí que no podía quedar así. No sé si pasó medio minuto... 5 minutos... cada momento me parecía que duraba una morbosa eternidad de tiempo. Necesitaba sentir más privadamente aquello que tenía moviéndose en mano mojando todo a su paso.
    
    Con el corazón latiendo a toda velocidad, moví mi rodilla y con esfuerzo y tristeza logré que ...
«1234...»