Cuidando el perro de mi amiga en su clase de Yoga - Relatos Eróticos

Cuidando el perro de mi amiga en su clase de Yoga

... no. En un momento en el que tenía una pierna más adelantada que otra, se subió a ella intentando montarme. Yo le dejé hacerlo con interés de ver qué pasaba cuando le dejabas a su antojo moverse. Intenté inclinarme hacia adelante agachándome para acariciarle cerca de su miembro pero resultó más difícil de lo pensado porque con su movimiento me hacía perder el equilibrio. Pude llegar a agarrarlo con mi mano y que diera varios movimientos de cadera que hicieron que la puntita roja que asomaba se convirtiera en un miembro fino y rosado marcado por pequeñas venas de color carne.

Pero por la postura doblada en la que estaba, resultó difícil mantener el equilibrio con su movimiento así que paré y decidí esperar a hacerlo de una manera más accesible y manejable después.Tras un rato de juegos inocentes más, que me servía para mentalizarme a mi de lo que quería que sucediese después, me senté de nuevo en el sofá. Llamé a Jimin para que se acercara.

Como es lógico, Jimin parecía no darse cuenta de mi respiración alterada y mis nervios por lo que deseaba dejarle usarme.Decidí que no podía tenía sentido esperar más y que ya estaba en un lugar seguro y privado donde nadie nos iba a molestar durante unas horas dejé de resistir la tentación. Mi corazón parecía que se me iba a salir del pecho mientras alargaba mi mano hacia ella, sintiendo el suave pelo bajo mis dedos.

Me sorprendí al notar que Jimin no se resistía en absoluto cuando mis manos rozaron su miembro por primera vez de forma tímida y casi "accidental". Incluso parecía disfrutar de mis caricias dado que dio un pequeño paso hacia mi para que mi mano tuviera más contacto. Quizá de forma accidental.

Cerré los ojos por un momento y dejé que mi mente se perdiera en pensamientos.

Sin ser consciente de ello me senté más en el borde del sofá para estar más cerca suya y coloqué una rodilla tocándole el pecho mientras estaba ensimismado en mis pensamientos. En ese instante sentí el peso de unas patas que la sujetaban. Nada más abrir los ojos en ese instante pude ver cómo estaba Jimin tratando de montarme la pierna. No era lo que estaba esperando en ese momento, pero fue la ocasión perfecta que estaba deseando tener y se dibujó en mi cara una sonrisa llena de picardía. No iba a desperdiciar esa oportunidad, quería ser su perra por encima de cualquier otra cosa en ese momento.

En lugar de apartarlo como hubiera hecho de estar con más gente, me quedé mirando cómo me agarraba la pierna mientras veía cómo le asomaba de su funda peluda una cabeza rosada y puntiaguda.La visión me hizo tragar saliva de forma automática y me quedé embobado fijándome con detenimiento en ella.

Una extraña mezcla de excitación y miedo se apoderó de mí al ser consciente de que sabía lo que quería hacer en ese momento... esa tarde iba a ser para cumplir una fantasía que llevaba años rondando mi cabeza y que era muy diferente a todas las demás.

No podía apartar la vista de la pequeña cabeza rosada que estaba asomado ...