Las refugiadas - Revisiones ginecológicas - Relatos Eróticos

Las refugiadas - Revisiones ginecológicas

... ¡Mierda!, ¡por aquí tampoco!

Retiró la cámara y poniendo gel en la tripa le pasó el sensor del ecógrafo.

—¡Joder! —volvió a exclamar—. ¡Esto es peor de lo que esperaba!

Apagó el ecógrafo y se dirigió a ellos.

—Creo que no tenéis nada que comentar en casa —explicó Melanie—. Esperaba, por lo que ha contado Anastasia, que se le hubiera realizado una ligadura de trompas. Consiste en coser la trompa de Falopio cerrando el paso a los óvulos. Suele tener una efectividad del 95 al 98 por cien para prevenir el embarazo y en un 60 por cien de los casos es reversible con éxito.

»Pero lo que le realizaron fue una extirpación: el ginecólogo que la trató eliminó un trozo, no muy grande, un par de dedos… pero para el ovulo todo un abismo, de cada trompa. Es algo cien por cien efectivo. Con eso no hay posibilidad de embarazo. Pero tampoco de reversión.

—Ya —Aceptó Pedro. Anastasia calló.

—Y con esto hemos acabado la revisión médico ginecológica. Ahora queda si quiere que siga o no adelante con una revisión más a fondo de la salud sexual de la sumisa.

—Sí, por supuesto —aceptó Pedro—. Todo lo que considere conveniente.

—Empezaremos por su aparato urológico —explicó—, ya que en nuestro caso suele ser habitual implicarlo y terminaremos con el aparato digestivo. En especial quiera revisar, aunque no quisieran seguir adelante con este paso, si se le han producido daños en el intestino por la penetración anal del otro día.

La doctora tomó una sonda más pequeña que la usada en su útero, aun así, era del grosor de su dedo meñique. La untó de gel y cambió la imagen que aparecía borrosa en la pantalla.

—Esto puede que te duela un poco —avisó—, es algo más grueso que una sonda urinaria y en ocasiones fuerza un poco el esfínter.

Lo acercó a su uretra y empezó a empujar. La pantalla se puso negra. Siguió introduciendo la sonda un poco más y tras pulsar un botón la pantalla empezó a mostrar colores algo borrosos, poco después se abría el campo mostrando el interior de la vejiga.

—La luz —explicó Melanie— seca el lubricante, por lo que es mejor ni usarla al principio. La vejiga parece correcta. Grande, pero eso puede ser un indicativo de que está entrenada. Ahora que se vacíe y limpie y veremos de probar su volumen.

Extrajo la sonda poco a poco revisando las paredes. Comentó que no veía daños. Indicó a Anastasia que acompañase a la enfermera, para vaciar el enema y prepararse para la siguiente exploración. Pasaron a una habitación anexa.

—A menos que desee contemplar cómo es llenada y vaciada repetidamente, podemos aprovechar para tratar otros temas —indicó Melanie—, creo que quería hablar conmigo.

—Así es, Y no. No tengo un especial interés en ver como caga.

—Espero que no le haya molestado que la interrogase a solas, pero debía asegurarme que su situación es voluntaria.

—Lo comprendo. Yo mismo tengo dudas…

—¿Usted? Se supone que es su Amo. ¿Si usted no la presiona… quién?

—Paulov.

—¿Quién?

—Me refiero a que ...