1. Las refugiadas - Revisiones ginecológicas


    Fecha: 27/03/2020, Categorías: Fetichismo Autor: JBWriter, Fuente: TodoRelatos

    ... decírselo, aunque no esté él presente, pues sigue teniendo a mi hija para presionarme… Pero no es mi caso.
    
    —Si lo es podemos ayudarte, incluso con tu hija.
    
    —No. No lo es. No necesito papeles. Soy refugiada.
    
    —Eso no quiere decir nada, podrías…
    
    —No. No estoy forzada, aunque no entré en este… estilo de vida, voluntariamente.
    
    »Pero de eso hace mucho, en mi país. Hace treinta y cinco años.
    
    —Eso no puede ser. ¿Cuánto tenías hace treinta y cinco años?, ¿dos, tres?
    
    —Nací hace treinta y cinco años. No hay momento en mi memoria en la que no esté siendo violada por mi padre o alguno de sus amigos o clientes.
    
    »Ni ningún momento en que no me golpease a la vez que me masturbaba para convertirme en mejor sumisa.
    
    »A los doce años mi padre me vendió a otro hombre. Un colega de negocios. Este me mantuvo hasta los 18 años. Entonces me subastó en un club de Moscú. El hombre, el desconocido en aquel momento, que me compró se convirtió nueve años después en mi marido. Pero no por eso dejó de ser mi Amo.
    
    »A lo largo de toda mi vida solo he sabido ser sumisa, masoquista. En eso me convirtió mi padre. Por eso cuando me indicaron que mi Amo, mi esposo, había muerto me sentí vacía. Tanto que solicité a Pedro que se convirtiese en mi Amo sin pensar, sin saber si él estaba o no en este estilo de vida. Y lo mismo hizo mi hija, que al igual que yo nació en este estilo de vida.
    
    »Y no. No lo queremos abandonar.
    
    —Bien. En ese caso le indicaré a Pedro que entre.
    
    Entró y siguieron con las pruebas y análisis. Le extrajeron sangre para una analítica de ETS y otras enfermedades. La pesaron y la midieron, no solo la altura sino casi cualquier parte del cuerpo. Le hizo un volante para llevarla en ayunas y realizar una analítica general, recomendándole el laboratorio con el que trabajaban. Entonces la hizo desnudarse y sentarse en la silla ginecológica.
    
    —¡Hummmm! —receló la doctora de la quemadura sobre el pubis—. Esto no está curando porque se ha infectado.
    
    —Sí —contestó Pedro—, se lo desinfectamos con alcohol periódicamente, pero con las nuevas leyes sanitarias es difícil conseguir antibióticos para aplicarle.
    
    Le introdujo un especulo y abrió al máximo.
    
    —Realmente dilata mucho —comentó Melanie—, al menos por fuera. —Yo había pensado por su expediente y la cesárea que no lo haría, pero debió ser por no dilatar internamente—. Si lo deseáis podría revertir la ligadura.
    
    —Mejor lo hablamos con tranquilidad —intervino Pedro—. En casa.
    
    La doctora introdujo un sistema de endoscopia con cámara por el hueco abierto y lo uso para revisar el cuello del útero.
    
    —Tiene alguna fisura y escoriaciones —comentó Melanie viendo las imágenes—, posiblemente porque por su tamaño el negro que la penetró en el club abrió este paso también, pero nada que no se cure con un poco de tiempo. Vamos a ver más adentro.
    
    Introdujo la cámara por el hueco.
    
    —¡Mierda! —Exclamó pasado un rato. Volvió atrás con la cámara y trató de insertarse de nuevo—. ...
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