Las refugiadas - El burdel 2 - Relatos Eróticos

Las refugiadas - El burdel 2

... músculos vaginales estimulando al joven y estimulándose ella y en ese momento notó la descarga de Antonio hijo, ajeno a la discusión por él y se disparó también su orgasmo, el primero en varios meses de Jitka que no provenía de su propia mano—. Acércate.

Irene llegó hasta la cama y se subió a ella. Jitka la cogió de la nuca y la atrajo hacia sí dándole un tórrido beso.

—Él bueno follando. Tú suerte antes, ahora suerte yo. Papá pagar tú. Mí no importar dinero. ¿Te como coño?

Irene pensó que porqué no. Lo había visto muchas veces en el cine porno pero no había conseguido que ninguna de las compañeras se lo hiciera. Jitka la guio para que se pusiera sobre ella y Antonio hijo de forma que inclinando hacia atrás la cabeza pudiera comerle el coño. Esto daba a Antonio hijo un espectáculo en primer plano que nuevamente y sin llegar a salirse de Jitka se la puso dura. La hábil lengua de Jitka consiguió varios orgasmos de Irene mientras su propia excitación y su coño unidos al espectáculo los obtenían de Antonio hijo. Antonio padre fue más silencioso, pero cuando le pagaba el tiempo extra del hijo a Irene una mancha de humedad marcaba sus pantalones. Padre e hijo salieron discutiendo en voz baja mientras Irene y Jitka se entretenían en informar a Ángela de los cambios y entregarle el dinero para que se lo guardase.

Como no he encontrado una categoría especifica para el fetiche de ser amantado lo he puesto en la genérica defetichismo, aunque creo que los relatos de la misma serán de otro tipo.