1. La Adicción – IV.


    Fecha: 13/03/2020, Categorías: Zoofilia Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... labio y poniendo los ojos blancos, mamá lanzó una carcajada− ¿cómo es que engendré una chamaca tan arrecha? … ¡dios mío! – dijo mamá con sus dos manos en el rostro– o fuiste tú o fue papá … uno de los dos … − le dije bajando sus manos de su rostro para poder ver su mirada− ¡ay! hija … tu padre era como un ascensor … subía y bajaba inmediatamente … los primeros orgasmos me los dio mi consolador … por eso terminamos divorciados … − había un seño de tristeza en sus recuerdos– pero lo que me hizo sentir tu mascota es algo nuevo que jamás había sentido … no he tenido tantos hombres … solo tres … pero no puedo comparar a ninguno de ellos con Grigio … − concluyo con sus ojitos brillantes de sueños y deseos.
    
    Mamá me confesó que la vez que la sorprendí follando con Grigio, era la segunda vez que lo hacía, eso porque me había sentido en mi cuarto y había intuido que yo lo hacía, no le pareció para nada una guarrada, su panocha anduvo mojando sus calzones por varios días de solo pensar, hasta que una mañana que no tenía la obligación de llegar temprano, se decidió y lo hizo, tuvo muchos temores y angustias, antes y después, pero ahora que ambas lo compartíamos no tenía ningún remordimiento, fue entonces que me dijo que ella sería feliz de contar con Grigio los fines de semana cuando no tenía que trabajar, de modo que yo lo podía disfrutar los otros días, me parecieron muchos días para mi sola, así que acordé con mamá de seguir su programa, pero en cada ocasión que ella se sintiera con ganitas, podría disponer de nuestro amante, por comodidad e intimidad no pactamos nada que nos involucrase a ambas, no por el momento dije yo y mamá me dio una mirada sensual sin agregar palabras.
    
    Debido a la pandemia, yo me pasaba chateando con Alexa principalmente y un par de veces al día me divertía con mi mascota, luego lo comentaba con ella y ella me mostraba su chocho mojado y a veces llenito de esperma de Rex, yo hacía lo mismo, mamá trabajaba todo el día y nos encontrábamos a ratos a la hora de nuestras comidas, ella se llevaba a Grigio el día sábado en la mañana y la veía los dos días vestida solo con su bata, los sonidos que venían de su dormitorio me calentaban al punto de masturbarme pensando al goce que ella estaba obteniendo, pero me alegraba mucho por ella, ya que había mejorado mucho su sentido de humor y la veía siempre contenta.
    
    Uno de mis días con Grigio me lo estaba llevando a mi cuarto cuando mamá salió de la cocina– hija … me dejas a Grigio por un rato – su cara era todo un poema, se ruborizó un poco− ¡claro! mami … yo misma te lo llevo ahorita y te lo dejo en tu dormitorio – le dije como compinche– eres un amor … gracias … puedes venir a llevártelo en una media hora … −me dijo metiendo una mano entre sus senos y juntando sus muslos, claro indicio de lo caliente que estaba, cosa que a mi me calentaba por simpatía, así que tomé a mi mascota y lo empujé dentro de la habitación de mamá, Grigio me ladró, así que cerré rápidamente la puerta y me fui a ...
«12...678...»