1. La Adicción – IV.


    Fecha: 13/03/2020, Categorías: Zoofilia Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... pene se introdujo en mi boca, mi lengua comenzó a juguetear con esa superficie resbaladiza y de sabor salino, de seguro eran los sabores de mamá.
    
    Mi cuerpo se iba despertado y mis deseos de poseer esa pija empezó a hacer aumentar la producción de fluidos, mi chochito se encharcaba y mis labios vaginales estaban hinchados de excitación, mientras se lo chupaba con ardor, mi mano recorría mi vagina de arriba-abajo, para detenerse a hacer círculos concéntricos sobre mi clítoris y terminar con unas palmaditas sobre mi botoncito que se erguía como un pequeño pene, mi respiración estaba jadeante, así que debía controlar mi respiración para no ahogarme con su polla que había llenado mi boca y emitía continuamente gotitas de lefa caliente, empecé a bañarme el rostro con ese elixir maravilloso, luego mis tetas, cuando intentaba desplazarlo más abajo, Grigio se corrió inundándome todo el pecho con su lava caliente, me bañe entera con su lechita y me espalme todo mi cuerpo con ella, aparte de beber unas buenas chupeteadas haciendo gemir a mi mascota.
    
    La glotonería por esa polla gloriosa iba en franco aumento, Grigio había comenzado a lamer mi entera vulva y ya me contorsionaba y follaba su lengua con mi pelvis, cuando un arrebatador orgasmo me golpeo de pies a cabeza dejándome con mis sentidos idos, casi me borré de la lujuria y potencia de mi placentero goce, por primera vez grité mi orgasmo, solo mamá podía escucharme, pero ahora ella sabía mi secreto, así que nada importaba, mis gemidos eran desgarradores, intentaba de recuperar mi respiro e insuflar aires a mis pulmones y sobrevivir a estas sensaciones que me hacían convulsionar, me estremecía sin poder controlar todas mis extremidades, mi colita temblaba y rotaba.
    
    Grigio se alejó a lamer su verga vaciada en mi cuerpo, yo continuaba a cubrir mi piel con ese líquido abrasador − ¡que lujuria dios mío! – era un pensamiento que se repetía en mi cabeza, poco a poco me repuse del fogoso orgasmo y me dispuse a preparar a mi amante para que me penetrase, pero mamá abrió la puerta de mi habitación y me dijo que me vistiera, pues el almuerzo estaba listo, después me miró en forma interrogante− ¿qué haces en el suelo hija? … ¿ya te ha follado el guarro ese? – me dijo condescendientemente− ¡no! mami … pero igual casi me mata con su lengua … − se sonrió y cerró la puerta.
    
    Nos sentamos las dos a almorzar, mamá me pregunto miles de cosas y yo le respondí en la forma más honesta que podía, mamá había pasado a ser mi compinche, la quería de mi lado y la necesitaba para fortalecerme a mi misma, que mejor aliada que tú propia madre, nos mirábamos y nos sonreíamos cómplices de nuestras guarradas− has ya follado con ese perro, ¿verdad? – me preguntó mamá, a sabiendas que la respuesta era afirmativa, yo ya se lo había confesado– así es mami … varias veces … también con el perro de Alexa … ese se gasta una pija más grande que la de éste … es un ensueño, mami … te hace ver estrellitas … − le dije mordiéndome el ...
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