1. La Adicción – IV.


    Fecha: 13/03/2020, Categorías: Zoofilia Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... me miraba como una niña sorprendida haciendo una maldad, como que se habían invertido los roles, le conté de mis aventuras con Grigio, como fue la primera vez, le conté de Alexa y su pastor alemán, Rex, le conté de mis orgasmos, de mis deseos, le confesé todo hasta en los más mínimos detalles, ella solo parpadeaba– me has quitado un peso de mis espaldas … pensé de ser perversa, sucia, degenerada, me sentía degradada como mujer … pero, si hay más chicas que lo hacen … creo que soy solo una más de las fans de los perritos … jamás pensé que pudiera recibir tanto placer y lujuria por parte de un animalito que se dice ser “el mejor amigo del hombre” … yo creo que lo es también de nosotras las mujeres … ¿no crees?– me dijo como recuperando su confianza en sí misma – sin duda, mami … son adorables y además, no te pueden preñar, no te puede contagiar enfermedades venéreas, no lo confidencian con sus amigotes, son leales, pues no te engañan con la primera zorra que se les cruza … y solo ellos se gastan esas pijas con bola incluida … ¡qué maravilla! –mamá me miro asintiendo– tienes toda la razón … las cosas positivas son más que las negativas … − nunca había visto a mamá tan hermosa, recién follada por Grigio, recién recuperándose de un fabuloso orgasmo, todo su cuerpo lucía hermoso, un leve velo de sudor entre sus senos magnificos, casi imperceptiblemente le tome una teta y apreté su pezón entre mis dedos, mamá gimió y puso su mano sobre mi mano– hija ha sido suficiente por un día … necesito descansar y reflexionar sobre todo lo ocurrido … necesito reflexionar e informarme un poco más de toda esta situación … − me dijo ya en un tono más solemne de madre a hija– está bien mami … pero, soy tú hija y estaré siempre a tu lado – me levanté y besé su frente, luego me fui a mi dormitorio, Grigio corría a mi lado mirándome las tetas– es tu turno hija … − escuche que decía mamá, me voltee a mirarla y ella me sonreía con una mano en alto y sus dedos formaban una “O”.
    
    Entré a mi cuarto sonriendo, mamá estaba en sintonía conmigo y el desvergonzado follador de mi mascota estaba ahí tratando de meter su hocico bajo mi falda, después de ver a mamá gozar así tanto, era de perogrullo que era mi turno, tal como había dicho mi madre, ahora que no debía esconderme de nada ni de nadie, me desnudé completamente y me eché en el suelo como una perra, Grigio vino a lamer mi panocha, pero yo quería sentir la pija que había estado al interior de mamá, la quería saborear, así que lo tire de su collar hasta tenerlo a la altura de mi cabeza, saqué una almohada de mi cama, la acomodé en la alfombra y me recosté nuevamente, empujé a Grigio hasta que quedó con su verga a la altura de mi boca, la punta rosada de su pene era apenas visible, así que comencé a pajearlo suavemente, ese miembro empezó a deslizarse fuera de su funda, primero solo la rosada puntita, acaricié ese ápice de pija hasta que creció algunos centímetros más, le empujé un poco la funda hacia atrás y algo más de ese ...
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