1. The boobs cruise


    Fecha: 15/04/2019, Categorías: Voyerismo Autor: voyenudista, Fuente: CuentoRelatos

    ... manos llegaron abajo, que tomé las cintas que ataban su el bikini y lo solté antes de que Gloria pudiera hacer nada para evitarlo. Tomé la prenda y se la pasé al marido, que no nos perdía de vista. Éste se la metió en una bolsa de su short.
    
    Atraje a Andrea hacia nosotros, de manera que formamos un sándwich entre los tres, con la chaparrita en medio; mis manos no se daban abasto tocando la húmeda piel de ambas mujeres. Flexioné un poco mis rodillas para bajar la altura de mi pene y, separando las piernas de Gloria, lo metí entre éstas; la postura era muy incómoda para mí, pero aguanté la figura todo lo que pude. La mujer estaba sumamente húmeda; pasé mi mano al frente y comencé a frotar su vulva, que rezumaba abundante flujo; el cuerpo de Andrea se frotaba completamente contra la chaparrita, quien en un minuto estalló en un orgasmo. Mi novia y yo la liberamos de entre nosotros y tomándola por los hombros la conduje frente a su marido; Gloria lo abrazó, lo besó, lo lamió y arrodillándose frente a él le bajó su ridícula bermuda y se lanzó sobre su miembro erecto, mamándolo con fruición. Andrea y yo nos retiramos un paso, contentos de haber conseguido lo que tanto anhelaba la mujer.
    
    Mi novia me pidió volver a la popa del catamarán, porque tenía ganas de otro cigarrillo. Estaba terminándoselo cuando el barco aminoró la marcha y anunciaron la última parada del día, para el “skinny dip” final. La condición para bajar al mar era estar completamente desnudo y para garantizarlo, dos miembros de la tripulación -la chica y un joven- se pusieron a los lados de la rampa por la que se accede fácilmente al océano, recibiendo y resguardando los trajes de baño de quienes decidían entrar al agua. Andrea y yo nos separamos, yo bajé por la rampa y ella se encaminó hacia la proa para verme desde allí. El agua estaba deliciosamente tibia. Di unas cuantas brazadas, me puse de espaldas y voltee hacia arriba buscando a mi novia; la encontré acodada en la barandilla de proa y, junto a ella, la pelirroja a quien unté el bloqueador. Estaban muy juntas, sonrientes y tomadas por la cintura; les grité y les dije que se lanzaran al mar, a sabiendas de que Andrea no lo haría. Como respuesta, giraron sus cabezas y, para mi asombro, se fundieron en un beso. Mi miembro reaccionó de inmediato y la erección fue visible gracias a mi posición boca arriba, emergiendo como el periscopio de un barco. Mi novia se llevó el pulgar a la boca y simuló una felación; la pelirroja levantó el índice como pidiendo turno y yo reiteré a señas mi invitación a que entrara al mar. La británica se bajó su bikini dejando ver una hermosa franja de vello naranja perfectamente recortado, sobre su piel blanquísima y acto seguido se lanzó de clavado con enorme habilidad, del que emergió prácticamente a mi lado, sujetándose de mi pito turgente mientras ambos mirábamos a Andrea, quien nos gritaba en inglés:
    
    “Take care of it, don’t rip it off”, y reía con ganas.
    
    La pelirroja y yo nadamos un poco –ella, ...
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