1. The boobs cruise


    Fecha: 15/04/2019, Categorías: Voyerismo Autor: voyenudista, Fuente: CuentoRelatos

    Ese 28 de diciembre del 2020 fue un día memorable, ¡Vaya que lo fue!
    
    Andrea, entonces mi novia desde hacía 6 meses, me alcanzó en Playa del Carmen justo después de la Navidad, para estar unos días juntos antes de regresar a su tierra, donde recibiríamos el año nuevo con su hija y mis hijos.
    
    Introduje a Andrea en el nudismo y las actividades recreativas para adultos, a muy pocas semanas de iniciar nuestra relación y ella se integró de maravilla a éstas, superando mis expectativas. En agosto fuimos a un pequeño hotel nudista, relativamente tranquilo; al mes siguiente estuvimos en un club swinger –sólo de mirones, hay que aclarar- y nos divertimos mucho; en noviembre visitamos Desire en Cancún por 4 días, donde mi novia terminó por soltarse el pelo.
    
    En esta ocasión, nos hospedamos en la pequeña casa/oficina que tengo en Playa, lo que no significaba que fuéramos a aburrirnos. El día de su llegada fuimos directamente del aeropuerto a la playa nudista de Puerto Morelos; el siguiente estuvimos en Xpu-ha, donde ella tomó el sol topless, con una micro tanga que le compré para la ocasión. El plato fuerte lo había preparado para el lunes 28, se trataba del Boobs Cruise, un catamarán para adultos desmadrosos que sale de Cancún los lunes y los viernes de cada semana y en donde –según su publicidad- casi todo se vale, lo que habríamos de comprobar.
    
    Lo que hace peculiar al Boobs Cruise, como su nombre lo indica es que todas las mujeres –al menos el 95% de ellas- son animadas a llevar las tetas al aire. La desnudez total es opcional, tanto para ellas como para los hombres y, al ser nuestra primera vez, yo iba preparado para encuerarme pero también con un pequeño bikini para el caso de que ningún otro varón se animara a hacer nudismo.
    
    Llegamos al muelle adyacente al hotel Temptation pasadas las 10 de la mañana y nos resignamos a formarnos en una larga fila para registrarnos y pagar el saldo de nuestros tickets. Pronto estábamos platicando con una pareja de gringos más o menos de nuestra rodada (cincuentones), que parecían muy animados. Estaban hospedados en Temptation y pronto nos preguntaron si éramos swingers. Les respondimos que no, a lo que ellos nos respondieron que, aunque estrictamente no lo eran, les gustaba ser vistos mientras tenían sexo y ocasionalmente introducían a un soltero para que se cogiera a la señora mientras el hombre miraba, sin intervenir.
    
    A las 11, fuertes pitidos y música estridente anunciaron la llegada del catamarán. Un centenar de pasajeros empezamos a abordarlo; aunque la mayoría éramos parejas, había 3 o 4 hombres solteros y una decena de chicas en la misma situación; pocos latinos, casi puros gringos y canadienses. El servicio de bebidas (cerveza y un punch de ron y frutas) empezó tan prono pusimos un pie en el barco; antes de 10 minutos, todos con vaso en mano, zarpábamos en las plácidas aguas de Cancún. Por los altavoces se escuchó el grito de “boobs out!” y tetas de todos tamaños y colores comenzaron a brotar ...
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