1. The boobs cruise


    Fecha: 15/04/2019, Categorías: Voyerismo Autor: voyenudista, Fuente: CuentoRelatos

    ... almejas en su jugo. Salí de allí algo adolorido de los hombros, pero con el pito erecto y una sonrisa de niño travieso en mis labios. Andrea se carcajeaba cuando llegué junto a ella.
    
    “Debiste de haber pasado”, le dije.
    
    “Así estuvo bien, con verte me divertí bastante”, me respondió.
    
    Andrea fuma, así que tuvimos que pasar a la popa del barco –como fuimos instruidos- para que pudiera disfrutar de un cigarrillo. Sentados allí, pasó el chico de los “body shots”, que consisten en verter sobre las tetas un fino hilo de alguna bebida, mientras la pareja mama el líquido, algo que ya habíamos practicado en Desire, así que lo disfrutamos bastante, como algunas otras parejas cerca de nosotros. Volvimos a la parte digamos frontal media del barco, y aprovechamos para tomar bloqueador de la mochila y aplicarnos un poco, ya que el sol estaba a tope. Cuando estábamos en esa labor, paso junto a nosotros una pelirroja de treinta y tantos años, de piel muy blanca, que tenía bastante enrojecidos la espalda, los hombros y los pechos. Me dijo en un inglés que apenas entendí y que sospeché británico, que si le podía regalar un poco de bloqueador ya que ella lo había olvidado en el hotel; le respondí que sí, a condición de que me permitiera aplicárselo yo mismo. Para mi sorpresa y fortuna aceptó de buen grado y se giró media vuelta; le puse una generosa porción en su espalda, desde el cuello hasta el nacimiento de las nalgas, que ocultaba bajo un bikini relativamente conservador. Volvió a girar para ponerse de frente y me di el gusto de untarle la crema en el vientre y las tetas, pequeñas y firmes, con pequeñas areolas rosadas y pezoncitos erectos; luego le vertí en la mano un último chorro, indicándole que era para su cara y brazos. Me agradeció y me dio un beso que, aunque fue en la boca, pareció bastante casto; luego se volvió a Andrea, quien nos miraba divertida y le dio también un beso en la boca, éste quizá un poco más picante; luego se perdió en la multitud de la proa izquierda, la más tranquila.
    
    Y cuando hablo de que la proa izquierda era la más tranquila del barco, no lo digo porque allí hubiera mucha calma, sino porque en la derecha las acciones estaban muy calientes. Lo más destacable en ese momento era una chica que estaba desnuda, tendida en la malla que hace las veces de piso en esa parte del catamarán, mientras que dos jóvenes le mamaban sendas tetas y otra mujer le hacía un intenso sexo oral.
    
    Sin embargo, ese fue el momento en que el barco se detuvo para que los pasajeros bajáramos a hacer algo de snorkel. Andrea, quien no nada, se quedó a bordo con cerca de la mitad de la gente, mientras que los demás bajábamos al mar, a nadar en un arrecife lleno de vistosos peces.
    
    Cuando volví del agua me encontré a mi novia recargada en la barandilla; me llamó y me hizo un espacio junto a ella. Desde allí podíamos ver a nuestros amigos Jerry y Lisa trenzados nuevamente, ahora en una profunda felación que me excitó de inmediato. Me recargué bien en el ...
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