1. La infidelidad abrió una puerta que ya no se puede cerrar


    Fecha: 15/04/2019, Categorías: Hetero Autor: DulceMimi065, Fuente: CuentoRelatos

    ... donde te hospedaste con la prostituta de tu secretaria. No te molestes en negar nada porque vi las fotos que te saco sin que te dieras cuenta por lo distraído que estabas tocándole las tetas a esa perra en la piscina del hotel. ¿Miento?… ¿Quién sabe cuánto tiempo llevas metiéndome los cuernos con esa puta? pero se terminó me entere y quiero el divorcio hoy mismo así te puedes coger a todas las putas que quieras cundo quieras sin preocuparte por la estúpida de tu esposa.
    
    - Mi amor no voy a negarte nada, Si te mentí y te metí los cuernos, pero esto no tiene nada que ver con lo que yo te amo y mucho menos con que nos divorciemos. ¡Sos y serás el amor de mi vida!
    
    - ¡A no! ¿Y con que mierda tiene que ver?
    
    - ¡Solo es sexo, placer! Es lo mismo que cuando trabajas todo el día y llegas a tu casa muerto, destruido de cansancio y te sentar en tu sillón preferido. Esa sensación es puro placer. Lo mismo cuando hace un calor insoportable y estuviste en la calle de acá para allá corriendo haciendo tramites en el centro todo transpirado y llegas a tu casa te sacas la ropa y te tiras desnudo en la piscina. Eso también es puro placer nada más que placer. ¿Si me dejas que te demuestre?
    
    - ¡No seas hipócrita! ¿Qué queres demostrarme?
    
    Fue ahí que se levantó de donde estaba sentado me tomo por los brazos yo me resistí, pero él me sujeto con fuerza, pero sin ser violento para nada debo admitir eso, me hiso girar quedando mi espalda aprisionada contra su pecho rodeando mi cintura con sus brazos sin rudeza, pero firme para que no pudiera liberarme corrió mi largo cabello con su mentón y comenzó a besarme y lamerme el cuello, por supuesto sebe bien que me besen el cuello me gusta y me excita muchísimo. Me fue guiando con pasitos cortos hacia la mesada de la cocina, cuando mi estómago toco el borde de la mesada me apoye con mis codos sobre el frio mármol y el dejo caer todo el peso de su cuerpo sobre mi espalda seguía besando y pasando su lengua por mi cuello y sentí como mi conchita se empezaba a humedecer me relaje y me entregue aflojando todo mi cuerpo, él lo sintió y bajo una de sus manos para meterla dentro de mi tanguita para empezar a estimularme el clítoris con la yema de sus dedos suave pero constante como le avía enseñado que me gusta que me toquen a los pocos segundos me sentí empapada extremadamente lubricada a la espera de ser penetrada sentí la firmeza y el calor de su miembro a lo largo de la separación de mis nalgas, ya quería sentir su verga muy profundo dentro de mí, con una mano empecé a tironear para bajarme la tanga para que nada se interpusiera entre su caliente verga y mi culo. El noto mis intenciones y separó su verga de mi culo unos centímetros para dejarme quitar mi tanguita. No me fue sencillo lograr bajar la pequeña prenda y entre jalones y tirones con una sola mano mientras él seguía manoseándome la conchita con su hábil mano y no dejaba de besarme el cuello como un Drácula hambriento. Después de una breve lucha con mi tanguita ...
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