1. Vuelo nocturno


    Fecha: 13/03/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos

    ... contra la puerta, del mismo modo que mi cara está completamente perpendicular, de tal manera que el exaltado energúmeno me muerde y me besa, presa del delirio, en tanto que su polla pistonea de forma despiadada una y otra vez dentro de mi coño, en consecuencia, siento unas ganas de orinar apremiantes combinándose con la gestación de un orgasmo que empieza a irrumpir en mis bajos, y en pocos segundos invade mis sentidos, de manera que tengo que morderme la mano con saña para no gritar de gusto, en tanto que mi atacante empieza a soltar lastre entre resuellos y un extenso repertorio de improperios.
    
    Noto su leche golpeando en mi útero y mi placer se intensifica, con lo que siento la necesidad de sacarme la polla que me va a reventar las entrañas, y en un movimiento brusco me deshago de ella, y por ende, la orina se me escapa de forma incontrolada, al mismo tiempo que el orgasmo se prolonga durante unos segundos más entre temblores de piernas y gritos contenidos que intento atenuar con la mano.
    
    La descarga ha sido salvaje e irracional. No sé si por haber estado un mes en dique seco, por el morbo implícito o por el garrote que casi me parte en dos mitades. Lo cierto es que no me tengo en pie y me veo obligada a sentarme en el W.C. y con ello vuelvo a tener un primer plano de la polla nervuda a la altura de mi cara, pero esta vez perdiendo su consistencia. Está pringosa y reluciente de tantos fluidos y el hombre la restriega por mi boca con el propósito morboso de que se la limpie. Lo hago de modo somero porque el morbo y el entusiasmo ya se han esfumado. Paladeo la mezcla de sabores y se me queda un regustillo acibarado. Ahora quiero abandonar el mugriento lugar y alejarme de ese sujeto.
    
    Limpio el estropicio entre mis piernas con papel y una toallita húmeda, me pongo las bragas, cojo mi bolso y salgo la primera del servicio sin decir nada. Al regresar constato que, afortunadamente todos siguen durmiendo y nadie ha reparado en la contienda que ha tenido lugar en la popa. Vuelvo a mi asiento y compruebo que la mujer de mi follador sigue respirando fuerte ajena a las actividades indebidas de su esposo.
    
    Un minuto después regresa ufano el marido. Me mira con complicidad y se sienta al lado de su esposa como si tan sólo viniese de orinar y con cara de no haber roto nunca un plato, con lo que, cada cual sigue a lo suyo hasta que la agitación invade paulatinamente el lugar pronosticando el inminente aterrizaje.
    
    Es mi hija la primera que corre a mi encuentro y me abraza. A continuación lo hace mi esposo y me estrecha entre sus brazos, dándome un beso caluroso y moderado a la vez. Él coge la maleta grande y mi hija la pequeña. Tenemos mucho que contarnos y son ellos los que me asaltan con sus historias. En ese instante pasa por mi lado mi follador junto a su esposa. Nuestras miradas se cruzan y me quedo un momento absorta haciendo balance de lo acontecido en el avión, mientras escucho taciturna a mis seres queridos sin prestar atención a sus ...
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