1. Entrenada por los muchachos (II)


    Fecha: 13/04/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: EmmaReyRey, Fuente: CuentoRelatos

    ... de torso por su trabajo, algo completamente contrario a su subordinado.
    
    Sabrina ya tenía los dedos de su hombre en el coño, ya le habían quitado las bragas también y alguien más en el bar las tenía y se hacía una paja con ellas, de hecho al menos la mitad de los clientes se hacían una paja viendo el espectáculo que ofrecían las chicas. La pelinegra estaba disfrutando de lo más de piernas abiertas, con uno de sus zapatos de tacón sobre la mesa, dándole una vista de su coño a todos y retorciéndose como una poseída mientras su hombre le metía los dedos con intensidad hasta que Sabrina gritó y arqueó la espalda y chorros de líquido salieron despedidos al suelo y sobre sus faldas, mojándola a ella y a su acompañante.
    
    El afortunado que hizo que la chica hiciera squirt era Valencio, un viejo de casi sesenta años pero que lucía rejuvenecido en comparación con Saturnino, tenía los pómulos filosos y la mandíbula cuadrada, la piel lisa y morena también, el cabello bastante claro y los ojos verdes, pese a todo se le notaba fibroso debajo de la camiseta negra y los jeans sucios que llevaba. Era un tramitador que pasaba sus horas de ocio en el bar, esperando poder disfrutar de alguna de las adolescentes calientes que frecuentaban cuando les daba la gana, no había cosa que le gustara más a Valencio que sus colegialas. Se llevó a Sabrina escaleras arriba también.
    
    Daniela se quedó buscando a la última con la mirada, pero María estaba lejos en la otra esquina del local inclinada sobre una mesa de billar a punto de golpear la bola ocho mientras otro par de bolas se le arrimaban sobre la espalda. Con la excusa de enseñarle a jugar unos hombres mucho más jóvenes que sus acompañantes le arrimaban la verga en el culo, le rozaban la cintura y las tetas, y María los dejaba tocarla como quisieran, hasta que se cansó del juego y se inclinó sobre la mesa, abriendo las piernas y sacándose las bragas. El primer chico se arrodilló y comenzó a comerle el coño allí frente a todos y rápidamente se formó una fila detrás para participar. La mitad que no hacía una paja con ellas, estaba con María.
    
    —¿Celos de tu amiguita, Danielita?
    
    —Rabanito, dile Rabanito —intervino Angel desde debajo de la mesa, esforzándose en mamar la polla del negro y hacerlo venir, pero al parecer tendría que pagar ella el precio.
    
    —Bueno, Rabanito, te queda el nombre con ese cabello tan bonito. A ver, putita, para que sientas mi verga, eh —le dijo levantándola un segundo, mismo que Daniela aprovechó para terminarse la fría cerveza, hacía mucho calor y comenzaba a sudar. Comenzó a sentir cómo sus sentidos se alteraban, un poquito mareada quizá, pero nada que no sintiera antes, era solo una cerveza. Cuando se volvió a sentar lo hizo sobre algo caliente y duro, Marino le llevó las manos de nuevo al culo y la frotó contra su verga—. Mira que rico, cómo me pones, puta. ¿Te gusta mi verga? —preguntó, haciendo que meneara sus caderas contra él y se rozara, pero la braga era molesta así que él la ...