Joanna – 23 La gran carrera, con sorpresas... - Relatos Eróticos

Joanna – 23 La gran carrera, con sorpresas...

... caliente, excitada, nota como su corazón se acelera, como su deseo insatisfecho la impacienta y la pone con más ganas aun de empezar a quemar esta energía que le rebosa por toda su piel, Jacques sigue masajeándola, tocándola, besándola, la quiere justo así, caliente e impaciente, cuanto más corra, cuanto antes llegue a la meta, antes él la ayudara a calmar este vibrar intenso y constante que Cornuda no deja de sentir en su entrepierna, al salir mira hacia el público, y sonríe satisfecha cuando en uno de los rincones oye como de manera estridente y ruidosa, una decena de venezolanos que estaban en la Feria se han acercado para dar su apoyo a su compatriota. Jacques montado en el sulky va probando las correas, los tensores, el látigo, para él también es su primera carrera y espera quedar en buena posición, lleva una hembra excelente, aunque en esta primera ronda, todas son jóvenes, fuertes, hermosas y potentes.

Todas están ya en la zona de la pista, calentando un poco las patas, moviéndose, luciendo sus cuerpos jóvenes y sensuales, desnudos y encadenados. Y de pronto se oye un aplauso atronador, justo delante de la salida, en el centro de la pista, una joven lleva tirando de sus correas a una esclava, la hembra solo lleva un espectacular penacho de color negro en la cabeza, sus cabellos blancos atados en forma de cola a su espalda, una cola del mismo color colgando de entre sus nalgas, las manos atadas a la espalda, sus pezones maquillados en rojo, igual que sus labios. No tardamos en sonreír al ver quiénes son, es Leyla tirando de Carol, que entra trotando de manera perfecta, sus patas acompasadas, su ritmo impecable, su cabeza levantada, cada musculo de su cuerpo en el sitio exacto y todo su cuerpo bañado en aceite brillando bajo el sol, Leyla es quien tira de sus correas, pero es Carol quien manda, demostrando su calidad y su perfección en este espectáculo de doma y exhibición, incluso el látigo azotando su lomo, sus nalgas y sus pechos está sincronizado con sus giros, con sus movimientos, es un espectáculo increíble al ritmo de una música clásica que envuelve y realza aún más todo el espectáculo. Todo el grupo la miramos y admiramos desde los distintos rincones donde estamos, Leyla la azota un poco, y Carol pasa del trote al galope, de manera pausada y sensual, tal vez sus pechos no bailan al mismo ritmo que cuando era la gran campeona de finales de los 70, pero sigue sabiendo moverlos y aprovechar al máximo la redondez y dureza que aún conservan

Todo el público en pie la aplaude, ella sin perder el equilibrio, hinca una de sus rodillas en el suelo y saluda con la cabeza. Leyla tira de sus correas y la esclava sigue con un espectáculo que hace muchos años que no hacía, y que la mayoría del público no ha visto jamás. Gabriel desde un rincón se emociona al verla, ella nunca fue una yegua de carreras, ni de carga, era una pura sangre de exhibición, saltar, trotar, moverse, lo hacía como nadie, y un buen número de trofeos que lucen en el ...