Empezando a aceptar - Relatos Eróticos

Empezando a aceptar

... calientes – dijo mi pareja – sigue como estas disfrutando.

A pesar de que ambos no habían aceptado mi pedido, seguí disfrutando, fue el único día en que Adolfo no se detuvo ningún momento, no cambiamos de posición ni tampoco se lo pedí pues es una de mis favoritas, lo único que faltan eran sus besos en mis labios, no podía salir todo tan perfecto, sin embargo como en otras ocasiones si me había besado mis senos y mi cuello, estaba segura que al menos en esta oportunidad iba terminar con tres marcas, ya que sus besos eran con mucha fuerza, yo abrazaba su cabeza contra mi cuerpo para sentirlo aún con más fuerza. Ese día lo sentía muy diferente, demasiado excitado, demasiado caliente, demasiado impetuoso, no sé cuánto tiempo duro, solo recuerdo haber sentido como su pene se hinchaba y aceleraba sus movimiento y mientras resoplaba en mi oreja sentí un fuerte impacto caliente en mi interior, y a este le siguieron varios más, lo que disparó con más intensidad mi orgasmo, a pesar de tener a Adolfo sobre mi cuerpo arquee mi espalda y con mis piernas lo presioné, no quería que saliera, quería sentir su pene en mi interior y sus latidos en las paredes de mi vagina, ese día era algo diferente para mí, la excitación de los juegos previos me puso en un nivel de excitación diferente al grado de sentir su eyaculación muy real, abundante y caliente.

Su recuperación fue sobre mi cuerpo y aún dentro de mí, la respiración de ambos se fue normalizando, recién ahí se levantó, volteé a ver su pene, quería ver la cantidad de semen que había arrojado pues lo sentí muy fuerte en mi interior y lo único que vi sobre su pene fue un pedazo de preservativo y su pene muy brillante por todos mis flujos.

Lleve mi mano a mi vagina como cubriéndola

- ¿Se rompió el condón? – pregunté

- Lo siento, no me di cuenta – se justificó Adolfo

Volteé a ver a mi pareja y por algún motivo justo veía su expresión que una nueva eyaculación acompañaba su pene, no sabía el motivo. Adolfo como siempre y dado que no era quedarse recostado en la cama pidió permiso para usar el baño. Yo seguía aún con mi mano sobre mi vagina, sentía aún su semen caliente en mi interior y me provocaba mucho placer, me sentía llena y mi mano hacia lo posible para mantenerlo en mi interior.

Adolfo salió del baño se vistió y se despidió de nosotros.

- ¿Se corrió? – preguntó por fin mi pareja

- Si y bastante – le confirmé – estaba muy caliente para hacerlo sin condón y de verdad que no me di cuenta de que se había roto

- Si no hubiera visto un trozo sobre su pene tal vez no te creería que se había roto, no hay problema.

Se acercó y se acostó a mi lado, yo mantenía una de mis manos entre mis piernas, realmente la eyaculación había sido abundante y aun la sentía caliente en mi interior, esa sensación me excitaba aún más y trataba de mantenerla el mayor tiempo posible.

- ¿Qué te pareció? – le pregunté a mi pareja, no pensaba dejar las dudas para otro día además que quería aprovechar la ...