Empezando a aceptar - Relatos Eróticos

Empezando a aceptar

... justo se encontraba sobre sus nalgas, empecé a acariciar su espalda, no era un masaje, eran simples caricias, me fui deslizando hasta quedar de rodillas entre sus piernas lo que provocó que tuviera que abrirlas un poco, me incliné sobre él y mis senos acariciaban su espalda cada vez fui bajando más y volvía a subir, pronto las caricias de mis senos incluían también sus nalgas, no decía nada, pero su respiración se encontraba cada vez más agitada, mis manos se apoderaron de sus nalgas abriéndolas y dejando ver su rico ano. Se veía tan delicioso, mis dedos los frotaban haciendo círculos sobre él, deje caer un poco de saliva para lubricar los movimientos de mis dedos, fue certero, cayó justo sobre él y vi cómo se abría, mis dedos siguieron jugando, de pronto la tentación y agache mi cara para hundirla entre sus nalgas, lo bese una y otra vez, sentía que se abría a mí, cual beso mi lengua empezó a jugar como hacían mis dedos, dibujaba círculos, de pronto dejaba de hacerlo y le daba pequeñas mordicas a los costados, no era para generar dolor sino placer, lo tenía entregado a mí, ya que empezaba a levantar su cintura, buscando que siguiera con lo que le hacía, finalmente mi lengua buscó su interior, se abrió a mí, mi lengua entraba y salía, estando dentro trataba de ensanchar mi lengua para que se abriera más, estaba ahora prácticamente en cuatro, sus caderas estaban completamente levantadas, era el momento preciso, estiré mi mano y alcancé mi plug que se encontraba sobre la cama, lo pasé por mi vagina la cual se encontraba muy mojada para lubricarlo, mi lengua siguió haciendo círculos en su ano y ahí coloqué el plug mojada por mis líquidos, no necesité ejercer presión, prácticamente lo absorbió en su interior, se veía tan rico, ese pequeño diamante entre sus nalgas, deje una de mis manos acariciando mis nalgas y acerque mi cara a su rostro, tenía que ver su expresión y saber que pensaba en ese momento, movía sus caderas lentamente, hacia atrás y adelante.

- ¿Qué opinas? – le pregunta al oído

- No sé cómo detallarlo ni que has hecho, pero estoy desde hace rato tratando de no correrme, me tienes muy excitado

- O sea ¿Qué te está gustando?

- Más que eso, me está matando de placer.

Se llevó una mano a su trasero para descubrir el plug que coloqué en él

- ¿Cuál de ellos es?

- El más grande de todos – le respondí, tengo tres de diferentes tamaños

- Imposible – me contestó incrédulo

- ¿Por qué imposible?

- Porque es enorme

- Si lo sé, y si vieras con que facilidad te entró, ¿quieres que lo saque?

- No, por favor, déjalo aún un rato mas

- ¿A eso le tenías miedo?

- ¿A qué?

- Que te gustara, que te diera placer y que tal vez quieras probar algo más.

- Tal vez sí,

Puse mi mano sobre el plug y lo jalaba un poco como si lo fuera a sacar, loque provocaba que su ano se abriera un poco, pero lo volvía a regresar a su lugar, lo escuchaba gemir, manteniendo su cadera en lo alto puso su cara contra el colchón, estaba ...