Empezando a aceptar - Relatos Eróticos

Empezando a aceptar

... terminaba, mi cuerpo se encontraba arqueado, el mantenía sus brazos a mi costado y yo me aferraba a ellos, gire mi cabeza y empecé a chupar uno de ellos, en realidad besándolo, si bien el pene de Adolfo a pesar de su tamaño definitivamente no tenía ese grosor, pero mi mente voló y lo recordó, estaba segura que iba a disfrutar muy seguido de él, gracias a mi pareja, con esos pensamientos no pude más, mi orgasmo que se mantenía estable hizo estremecer mi cuerpo y mi vagina empezó a ordeñar el pene de mi pareja, no se sí eso o los besos que daba a su brazo provocaron el final, sentir los golpes de su semen en mi interior terminó de disparar mi orgasmo, pero esta vez sentía los latidos de su pene en mi interior con más fuerza.

- Uff, esto es increíble – comentó mi pareja como un susurro en mi oreja

- ¿Qué? – le pedí explicaciones

- Dame un minuto, porque estoy haciendo lo posible por no gritar y nos escuchen todos

Sentí como poco a poco se iba tranquilizando, pero mantenía su pene aún en mi interior el cual no había bajado absolutamente nada, la respiración de mi pareja poco a poco fue tranquilizándose.

- ¿Mejor? – le pregunté

- Un poco, aunque aún creo que estoy muy sensible

Quise adivinar de que se trataba por lo que moviendo mi cuerpo estiré como pude mi brazo hasta lograr tocar el plug de su ano, presionándolo a su interior, no lograba tomarlo del todo por lo que presionaba y lo liberaba, sentía nuevamente como su pene se hinchaba en mi interior, cada vez que presionaba sentía su pene con mucha intensidad en mi interior, jugué así algunas veces y volví nuevamente a sentir algunos golpes de semen en mi interior.

- Para por favor, me estas matando

Me lo suplicaba, pero aun así no deje de hacerlo, si bien fue un poco más espaciado y con menos presión no deje de hacerlo.

- ¿Te ha gustado?

- Muchísimo

- ¿Ahora vez porque disfruto tanto del sexo anal?

- Si, ahora te entiendo

- Y disculpa que toque el tema, pero ¿recuerdas la primera vez con Adolfo? Ahora entenderás el porqué de mi reacción

- Si te entiendo, pero una cosa es que es muy rico y otra cosa muy distinta que yo pueda recibirlo.

- No te preocupes, nadie te obliga a eso

- Te acordaste de Adolfo ¿verdad?

- Si por eso te lo estoy diciendo

- No me refiero a lo que hiciste, cuando besabas y chupabas mi brazo pensaste en su pene – me había descubierto y no podía mentirle

- Sinceramente si, no sé porque, pero en ese momento me provocó haberlo tenido cerca de mi para besarlo.

- El día que quieras queda con él y me avisas – me dijo sorprendiéndome, solo dos días atrás lo habíamos visto

- Si, pero recién hoy día es domingo – le aclaré

- Igual te digo cuando quieras, total, el viernes me alcanzaste a la oficina

- Tienes razón, lo voy a llamar mañana

No estaba segura como irían las cosas entre Adolfo y mi pareja, pero yo iba a seguir disfrutando de su delicioso pene, uno de mis objetivos empezaba a cumplirse con aquellas vivencias ...