1. De ama de casa a hembra de mi perro


    Fecha: 06/02/2020, Categorías: Zoofilia Autor: Cintia, Fuente: TodoRelatos

    ... miembro. Mi hija mayor, pareció entender lo que estaba sucediendo, por la manera de mirarme, cuando pasaba algo de esos actos con el perro, pero yo inocente ante esos sucesos no me contuve con mis impulsos.
    
    Pero poner sus alimentos en mi palma, me producía una sensación, bastante excitante, hasta llegue a tocar mi vagina que mantenía una humedad, propio de la secreción que producía ante ese contacto, creo que desperté, el día que lo estaba bañando, toque sus genitales varias veces, sin llegar demasiado a fondo, hasta que fui más perseverante esa tarde, llegando a liberar su pene de esa funda, Surgiendo una verga roja bastante grande, produciéndome una inesperada excitación.
    
    Era la primera vez que veía la verga de un animal, lo que me llevo a un estado de enajenación, al punto de tocarme automáticamente mi vagina. La refregué un poco, hasta que pensé que no era muy normal lo que estaba haciendo, echándole agua fría para aplacar esa erección.
    
    A pesar que no trataba de pensar en lo sucedido, las próximas veces que lo bañaba, repetía lo sucedido, al punto de llegarlo a masturbar, y hasta darle unas leves lamidas, que no solo me produzco una serie de calores, sino que termine masturbándome. De ahí en más, sabía que estaba descubriendo cosas, y que estaba tentada por más.
    
    A pesar de tratar de aplacar mi “indagación”, la tentación me llevaba a algo más, terminado mamándole la verga al animal, algo realmente inusitado y promiscuo para mí, aunque mi cuerpo parecía quererlo, terminando masturbándome para aplacar mi calentura.
    
    Todos estos limitados“agasajos” que le ofrecía a Max, parecía acrecentar su contacto conmigo, buscar bajo mi falda se fue intensificando, al punto que comencé a usar pantalones, cuando no estaba mi familia, porque cuando carecía de compañía, comencé a dejarlo, lamerme, algo que me perturbaba terriblemente.
    
    Hasta que comencé a no ponerme calzones, que cuando lo hizo la primera vez, se erizaron hasta mis pezones, la tentación era incontenible, terminaba acostada en el piso con mi fada hasta la cintura sin prenda íntima, disfrutando de esa pecaminosa y salvaje lengua, que me transportaba a un estado de total enajenación.
    
    Había comenzado a investigar por internet, sobre la zoofilia, tema que desconocía totalmente, no podía creer, lo que sucedía, el perro apareado con una mujer, donde evidente el goce era mutuo. Al ver algunos videos, mis hormonas se alborotaron terriblemente, al punto que mientras miraba los videos, me masturbe.
    
    Creo que lo hice, para aplacar mi calentura porque si lo ponía a Max, a que me lamiese, iba terminar en algo más, y creo que no deseaba llegar a ese punto. A pesar de evitar cosas con el perro, cada tanto caía en la tentación, conteniéndome para no tener algo más.
    
    Una mañana, estaba sola, me bañé, salí de la ducha, me seque, y me embardune el cuerpo, con una crema con un sabor a frutilla, que había adquirido hacia poco, que evidentemente tiene un aroma muy sensual, dado que las veces que ...
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