1. Veraneando en la playa


    Fecha: 11/04/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Me encontraba veraneando en una playa del Sur de Almería, con mis hijos y mi mujer, en un apartamento que habíamos alquilado, como acostumbrábamos a hacer desde hacía varios años. Mi hija Mili de quince años, se había hecho muy amiga de la hija de unos amigos, que siempre acudían a aquella playa y al mismo edificio durante los meses de verano. La hija de mis amigos se llamaba Betty. Esta una chica algo mayor que mi hija, bien adentrado en los dieciséis años, aunque parecía menor por sus reacciones, que a veces me parecían que tenían un tinte algo infantil. No obstante, mi hija le había tomado bastante confianza y llevaban unos años en que coincidían cuando íbamos a veranear.
    
    Betty siempre aparentaba ser una chica bastante tímida, hasta el punto de que los colores afloraban su rostro ante cualquier pregunta algo picante. No obstante, era una joven que estaba desarrollada de acuerdo con su edad, tenía un cuerpo algo rellenito, que, aunque sin ser gorda, la hacía bastante atractiva para mi ver. Es cierto que su cara estaba cubierta de bastantes pecas, que según ella la afeaban. Pero, yo al contrario pensaba que lejos de afearla, le daba una singularidad especial aquella joven.
    
    Era de baja estatura, sin superar los 1.65 metros, aunque ya se le apreciaban unos pechos desarrollados, los cuales podía detectar claramente cuando se ponía algún bañador que se adhería bastante a su cuerpo.
    
    Durante los años anteriores, su presencia me paso casi desapercibida, ya que se limitaba a jugar con mi hija. Pero en los últimos años, a medida que la joven se desarrollaba fue adquiriendo el cuerpo de mujer, y en alguna que otra ocasión le llegue a prestar atención, aunque jamás sin pensar en nada obsceno.
    
    Cuando se bañaba en la piscina del complejo, había comprobado que usaba un bañador de una sola pieza, y, cuando se agachaba, dejaba a la vista algunos pequeños vellos en su entrepierna saliendo por los lados del bañador. Ello evidenciaba que era toda una señorita, pero denotaba que la misma no se rasuraba o se cuidaba aún su vello vaginal.
    
    La chica durante los meses de verano acudía con frecuencia a nuestro apartamento, e incluso en algunos días comía y dormía en el mismo, especialmente cuando sus padres realizaban alguna excursión a la que ella no quería acudir, ya que le gustaba más quedarse a jugar en la piscina con mi hija y sus otros amigos.
    
    Aunque reconozco que soy un hombre bastante activo sexualmente, y cuando veo una mujer o una joven bien formada, no puedo evitar sentir como mi nabo se endurece bajo la tela del bañador o del pantalón, la realidad es que con respecto a Betty nunca había tenido intenciones lujuriosas.
    
    Sin embargo, todo cambio, cuando a mitad de las vacaciones de ese año, en una de esas ocasiones en que los padres marcharon a un excursión por el mar, y dejaron a Betty con nosotros. Ese día mi esposa y los otros hijos se fueron a la playa, excusándome, ya que no tenía ganas diciéndoles que lo pasaba mejor dando unos paseítos ...
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