Iniciando a mi primo 2 - Relatos Eróticos

Iniciando a mi primo 2

... a relajarse acostumbrándose al contorno de mi rabo. Cuando noté su relajación comencé lentamente a mover mis caderas para penetrarle con delicadeza mientras continuaba pajeándole.

Al rato de estar follándole suavemente, mi primo estaba empapado en sudor, apoyó sus manos contra la pared y culeó hacia atrás abriendo un poco las piernas, lo que me dio la señal de que podía comenzar a subir el nivel de las embestidas. Añadí un poco más de lubricante a su agujero, lo agarré bien fuerte de las caderas y comencé a bombear cada vez con más fuerzas. Aquella follada me tenía en la gloria, hacía mucho tiempo que mi rabo no horadaba un culo y encima ahora estaba desvirgando uno, su estrechez me colmaba de placer mientras mi rabo entraba y salía con insistencia. Notaba la estrechez de sus paredes y de su anillo rozando con mi rabo una y otra vez mientras lo empotraba; sus fuertes brazos y sus músculos se tensionaban en cada embestida para mantener el culo en pompa mientras se lo reventaba. De vez en cuando se la sacaba y mi primo culeaba hacia atrás y me miraba suplicando rabo con el esfínter palpitante, por lo que se la volvía a enchufar y continuaba con mis embestidas.

Continuamos un rato así hasta que Carlos me dijo que le flaqueaban las fuerzas, se recostó sobra la mesa y alzó sus piernas para dejarme el hoyo disponible, volví a metérsela y continué bombeando sin parar. Nos mirábamos mutuamente disfrutando de nuestras caras de placer, de vez en cuando me agachaba para morrearnos y que su rabo se aprisionase entre nuestros cuerpos. Desde esa postura aprovechaba para acariciar con mis manos los fuertes músculos de sus piernas y su abdomen mientras bombeaba entrando y saliendo sin parar. Cuando noté que no iba a aguantar mucho más le agarré la polla, le escupí y comencé a hacerle una paja subiendo y bajando con rapidez. Mi primo comenzó a gritar rápidamente y se corrió con abundancia sobre su estómago, mi polla notó las contracciones de su orgasmo y empezó a palpitar y mi primo me pidió que no me corriese dentro. Pero fue tarde, mi rabo estalló esparciendo mi semilla por su interior, le intensa follada hizo que me saliera una buena cantidad de semen que se escurría entre mi rabo y su esfínter, se incorporó y nos abrazamos besándonos y mezclando su corrida en nuestros torsos, con mi mano recogí lo que pude y me lo llevé a la boca fui a besarlo y en principio se apartó, pero después aceptó el morreo mezclando su corrida entre nuestras bocas. Se apartó, me sonrió y me dijo “mamón, te dije que dentro no”.

Caímos rendidos en el colchón y nos quedamos dormidos abrazados al calor del fuego. A media noche me desperté con un poco de frío, me acerqué la chimenea y estuve un rato hasta que conseguí avivarla. Cuando me giré mi primo dormía desnudo, bocabajo sobre el colchón, su cuerpo iluminado por el reflejo de las llamas hizo que mi rabo se endureciera rápidamente, me lubriqué bien, me recosté sobre él y me encaminé hacia su agujero a través de su raja. ...