Iniciando a mi primo 2 - Relatos Eróticos

Iniciando a mi primo 2

... dudas, pero definitivamente decidió organizar ese viaje para poder volver a estar a solas, me confesó que la cita en el ayuntamiento era mentira.

Conteniendo nuestra calentura, nos organizamos para tratar de disfrutar más, el frío en la casa era insoportable, así que cogimos un colchón de matrimonio y lo llevamos al salón colocándolo frente a la chimenea. Nos quitamos los zapatos y subimos al colchón, nos acercamos nerviosos uno a otro, como si fuese nuestra primera vez, de nuevo fundimos nuestras bocas en un morreo entrelazando nuestras lenguas sin parar. Tan solo nos separamos para quitarnos los chalecos y las camisas dejando nuestros torsos al descubierto. Nos acariciábamos la espalda y el torso con nuestras manos mientras no parábamos de besarnos, yo pellizcaba con mis dedos sus pezones y él imitaba después mis movimientos.

Con mi lengua fui bajando por su cuello hasta su pecho, le comí sus tetillas y seguí bajando jugando con mi lengua por el contorno de sus abdominales cuando llegué al fino hilo de pelo bajo su ombligo seguí recorriéndolo con mi lengua. Con mis manos le desabroché el cinturón y los pantalones y se los bajé. En sus boxer se adivinaba el contorno de su miembro totalmente duro deseando ser liberado. Fui chupándolo desde la base sobre la tela, hasta llegar a la punta que se adornaba con una intensa mancha de precum. Succioné el contorno de su capullo para tratar de extraer aquel jugo través de la tela.

Mi primo gemía con la respiración entecortada, no quise hacerle esperar más y le bajé los boxer de golpe liberando su miembro, el me ayudó a desnudarse por completo y yo empecé a comérsela con ansias. Engullía su rabo todo lo que podía, la falta de práctica no me permitió tragarla por completo del tirón, si no que tuve que hacerlo poco a poco. Con mis manos estrujaba sus pelotas colgantes mientras engullía su polla ahora sí hasta el fondo, sentía su vello rozar con mi nariz y trataba de respirar para oler el aroma de su cuerpo. Era una delicia volver a comerme una buena polla, por lo que me deleitaba relamiendo su capullo como un helado y tragándola hasta el fondo una y otra vez. Cuando noté que su respiración comenzaba a acelerarse paré de golpe, me puse de pie y volvimos a fundirnos en un morreo compartiendo el sabor a polla que viajaba en mi lengua.

Mi primo empezó a sobarme el paquete a la vez que intentaba desabrocharme el pantalón; mis vaqueros aprisionaban mi tieso rabo que casi me dolía, así que le ayudé desnudándome por completo. Con un poco de timidez me la agarró y comenzó a subir y bajar liberando mi capullo mientras me pajeaba. Muy poco a poco fue bajando, chupándome los pezones y se arrodilló ante mí. Seguía con una lenta paja mientras no apartaba la vista de la punta de mi rabo, en un par de ocasiones entreabrió los labios e hizo además de chupármela, pero se echaba atrás en el último momento. Yo lo dejaba hacer porque me tenía a mil con aquella lentitud, pero a la tercera vez que lo intentó empujé ...