1. Mi amigo Pali y su vecina del rellano


    Fecha: 10/04/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: LuisCalenton, Fuente: TodoRelatos

    ... cuentas, que me encantará escucharte.
    
    Pali se propuso que cuando cumpliera los dieciocho años se tenía que dar un gustazo, y que mejor gozada que intentar copular con la Doña.
    
    Para ello, su mente obscena y pecadora rompió a maquinar un plan de cómo montárselo para trajinarse a aquella leona tan sensual y erótica. Su sueño dorado era tener contacto físico con aquella estimulante mujer que le ponía el cuerpo al rojo vivo y le hacía estar, tan a menudo, a tres patas.
    
    Un día la señora Melani le encargó al Pali que le arreglase unas puertas que no cerraban bien. Julian, su marido, era un hombre de oficina y poco manitas, mientras Pali era mañoso y apañado, además de estar siempre predispuesto para echar una mano.
    
    Era un sábado en el que Julian se había tenido que marchar a su pueblo por asuntos familiares. Melani quería aprovechar para solventar aquel pequeño problema doméstico. Mi amigo llegó con la herramienta y se puso a la faena. La dama deambulaba por la casa con un vestido, más bien corto, que dejaba a la vista aquellas patorras tan provocativas y excitantes. Esto hizo que el chaval enseguida centrase su atención en aquel espectáculo tan sugestivo y perturbador, sin hacer de menos, por supuesto, a los marcados pechos que la señora mostraba.
    
    Aquel panorama era ardiente y férvido, a Pali le ponía cachondísimo, tanto que su morcilla creció y aumentó de tamaño. No quería mostrarse impúdico e indecente, pero es que la señora le ponía así. Él, que con facilidad se alteraba, ya que tenía un cipote sensible y revoltoso, y la jaca que merodeaba constantemente por sus alrededores, hacía que estas dos peculiaridades dieran como resultado, un joven burro y empalmado, con la mente calenturienta y la sangre ardiendo por el deseo y el apetito sexual que le invadía.
    
    Durante las labores del arreglo, la leona estuvo cerca del joven, le ofreció su ayuda o cualquier cosa que pudiera necesitar. El Pali, encelado y más salido que el pico de una mesa, se contestó internamente a aquella cuestión tan sugerente:“Si yo te dijera lo que necesito, te cogería y te estaría dando caña hasta la saciedad, uuuummmm te comería esos pechotes tan hermosos que posees y me deleitaría sobando ese trasero y esos jamones que te sustentan, y para terminar te haría catar mi chorizo de cantimpalo para que te derritieses de gusto”.” Vamos, que mi necesidad es una buena follada contigo javata”. Este era el sueño del Pali.
    
    En sus idas y venidas, la fémina observó aquella protuberancia en la bragueta del chico y se dijo:“vaya herramienta que gasta este chaval”, “que bulto que tiene en su entrepierna”, “sería curioso e interesante verlo al natural”.
    
    La tigresa pensó que era divertido jugar con el zagal y atacó para ver su reacción.
    
    -Oye Pali, ese paquetón que te sobresale en el pantalón, ¿es natural o es que te has metido algún pañuelo?
    
    El muchacho se puso rojo como un tomate, y creyó morirse de vergüenza, pero tenía que reaccionar y afrontar aquel instante con ...