1. Lo que comenzó con un vibrador terminó con el jardinero


    Fecha: 09/04/2019, Categorías: Infidelidad Autor: DAMECANDELA, Fuente: CuentoRelatos

    ... cogés.
    
    Tenía sentido su pedido, ya que el vibrador (aunque bastante grande) era de mucho menor tamaño que el pene de su amante. Jorge, obediente, acomodó la punta del aparato y suavemente lo metió en el ano de Juana. Lo hizo lentamente, dándole tiempo a que su esfínter se fuera dilatando. Lo lubricaba con los propios fluidos de la mujer, y sin demasiada dificultad el vibrador se hacía lugar en su culo. Se notaba que era una mujer acostumbrada a la penetración anal.
    
    Ella gritaba de placer, y comenzó a gritar aún más cuando Jorge lo encendió. El jardinero empezó a moverlo dentro de ella, y vio como de su vagina caía cada vez más líquido. Mientras jugaba en su culo con el juguete, comenzó a embestirla por la vagina con su verga de piedra. Le dio con fuerza y velocidad, tomándola fuerte del cabello con la mano libre.
    
    - Decime cuánto te gusta - dijo agitado
    
    - Me volvés loca, me voy a venir otra vez.
    
    Al oír esto Jorge la embistió con más violencia, metiendo y sacando el juguete vibrando de su culo. Y ella alcanzó el orgasmo más fuerte de los últimos años. Emitió un grito fuerte, ahogado, desesperado. La cama estaba empapada. Jorge quitó el vibrador del culo de Juana y en su culo todavía abierto y bien lubricado, metió su pene ancho y duro de un solo movimiento. Juana gritó, y él comenzó a embestirla con furia mientras tomaba con toda la palma de su mano la garganta de la mujer. A ella le encantaba escuchar los gemidos extasiados del jardinero y sus movimientos bruscos.
    
    - Llename el culo - dijo.
    
    Luego de unas cuantas embestidas acompañadas de rugidos a su espalda, Juana oyó un grito ahogado y sintió los espasmos del orgasmo dentro su culo.
    
    El semen rebalsaba por su ano. Jorge quitó su miembro de su interior y se quedó contemplando cómo caía la leche caliente desde su interior. Le dio una cachetada amistosa en la nalga y se recostó a su lado, extenuado. Se quedaron en silencio unos segundos mientras recobraban el aliento. Luego él le dijo:
    
    - Vine a avisarte que tu almuerzo se estaba quemando y que me tomé el atrevimiento de apagar tu horno.
    
    Ella lo miró y rio, ante lo absurdo de la situación.
    
    - Te agradezco el atrevimiento de apagar el horno. - respondió y comenzaron a vestirse antes de que alguien llegara.
    
    [email protected]
    
    // instagram: damecandelarelatos. 
«1234»