Trío de ases - Relatos Eróticos

Trío de ases

Tenemos una tradición en mi familia. Somos siete primos y un fin de semana al mes, los cinco mayores, todos chicos, nos reunimos para jugar al poker. Nos tomamos nuestras copas, apostamos pequeñas cantidades de dinero y lo pasamos muy bien. Llevamos años con ese ritual y ninguno se ausenta salvo que esté a las puertas de la muerte.

Ese fin de semana mensual, mi novia sabe que no puede contar conmigo. Incluso si me toca ejercer de anfitrión, ella saluda y se va a nuestra habitación. Cuando todos se van, la intento compensar con mi especialidad: sexo oral. Ese era el plan para el siguientesábado, pero ella ya tenía otra idea en la cabeza.

- Nico, elsábado vienen tus primos, ¿no?

- Sí, mi vida. No te preocupes que te compensaré.

- Pues va a ser que no.

- ¿Por qué?

- Tengo planes con mi hermana.

- Me parece genial. Pero tu chochito me echará de menos.

- Tienes tres días por delante para darle amor.

Porque si algo no nos faltaba era eso: amor. Especialmente el que se hace. Era una chica muy fogosa, me había tocado la lotería con ella. Desde que vivíamos juntos era un no parar, dedicábamos prácticamente todo nuestro tiempo libre a follar. Solo tenía una pequeña pega, que no era lo que se dice un pibón. No era fea, ni mucho menos, pero tampoco destacaba por su belleza. Pechos pequeños, poco trasero, pero a mí me hacía feliz, aunque mis amigos me dijeran que podía aspirar a más.

La noche delviernes fue un auténtico maratón de sexo. Teníamos que despedirnos por todo lo alto. He mencionado mi especialidad, pero la suya era la misma, la chupaba de una forma increíble y se tragaba hasta la última gota de semen. No teníamos barreras en la cama, incluso disfrutaba con el sexo anal. Pero a veces me sentía mal al ponerle otra cara, al imaginarme que era una compañera de trabajo que estaba buenísima.

Por lamañana se despidió temprano, me dio un beso y se fue, su hermana la estaba esperando abajo. Yo dormí un poco más y después empecé a preparar la timba de la noche. Salí a comprar, no podía faltar cerveza y otros tipos de bebidas alcohólicas ni comida para picar. Los últimos meses arrastraba una mala racha, pero ese día pensaba desplumarles.

Cuando Arantxa llegó al hotel me envió unas cuantas fotos del lugar, incluyendo una en el espejo del lavabo, enseñando las tetas. Me puso cachondo la situación, que hubiera hecho algo que no le pegaba nada. Miré el reloj y decidí que me daba tiempo. Me saqué la polla con la idea de pajearme, no precisamente mirando la foto de mi novia, aunque tenía el mérito de haberme excitado. Cuando estaba a punto de descargar, llegó el primero de mis primos.

- ¿Qué pasa, primo?

- Pues aquí estoy, dispuesto a sacarte la pasta.

- No te lo crees ni tú. ¿No está Arantxa?

- No, está pasando el fin de semana con su hermana.

- La hermanita, esa sí que está buena.

- No seas cabrón.

- ¿Ha llegado ya el primo Jesús?

- Todavía no, eres el primero.

- Me dijo que venía de camino y que ...