1. Corazones negros 1


    Fecha: 08/04/2019, Categorías: Hetero Incesto Autor: neko534, Fuente: SexoSinTabues30

    nos conocimos en línea, en una de las tantas paginas «prohibidas» que hablan de esto. Ninguno de los dos sobresalía de lo normal, trabajos normales, vidas normales, un poco de barriga sedentaria, típica de las oficinas… todo «normal», excepto por una cosa… las hambres, los apetitos ocultos que vienen de historias no contadas, historias escondidas de fogosa vergüenza y que el «anonimato» de las redes ha dejado salir sin pudor.
    
    Todo se dio de manera tranquila, un par de opiniones en un foro, un par de «me gusta» en algunos posteos y luego, cuando ambos confirmamos que estábamos en una sintonía parecida, comenzamos a hablar en privado.
    
    tu me contaste que se sentía rico, que creías que no había nada malo en ese juego «raro» con ese pariente que vivía en tu casa. yo te conté que solo me dejaba llevar, que ese pariente me decía que era «nuestro secreto» y me compraba cosas… tu me dijiste que tus juegos empezaron a los 6 y los míos a los 7… y llegamos a la conclusión que desde ese día, esa hambre insaciable no nos dejaba pensar, que nos había cambiado. cada roce era una excusa, cada mirada una invitación. en silencio ya sabíamos lo que hablaban los adultos, pero algo nos hacía callar, ya que por intuición sabíamos que no se podía hablar de esas cosas. Nos contamos cómo perdíamos el control en las noches, cubiertos por sábanas solitarias de infantes despiertos antes de tiempo, como escondidos en los baños de escuela nos autocomplaciamos entre clase y clase y como nos dejábamos llevar por los nefastos adultos que nos iniciaron en el placer, dejándonos caer en el abismo ardiente de un hambre insaciable.
    
    y pasaron los días, los impulsos de excitación trabajando o en la calle, las tocaciones entre letras y letras recordando esas cosas que no se pueden olvidar. primero un par de fotos, luego un par de audios, una llamada candente, para después enviarse mutuamente videos derritiéndose en pajas burdas y desesperadas, mojadas y calientes, para mostrarnos nuestros deseos y decirnos sin control los deseos más sucios y perversos, que solo nos contamos entre nosotros y que solo nosotros podíamos entender. se hizo costumbre saludarnos en las mañanas y y despedirnos por la noche y la costumbre nos llevó al encuentro, al tan deseado encuentro que nunca pensamos que llegaría.
    
    quedamos de acuerdo en juntarnos a tomar algo un viernes en la tarde, ambos salíamos de trabajar y podríamos pasar el fin de semana juntos o al menos eso pretendía yo, así que me apresure todo lo que pude, pase a un baño público a arreglarme y llegue al restaurante un poco más temprano de lo acordado, más por inseguridad que por puntualidad, me quede afuera de este esperando minuto a minuto, pensando que quizás no llegaría, que me dejaría plantado.
    
    cuando de repente, te vi bajar de un taxi… eras más pequeñita de lo que pense, tu cabello largo caía sobre tus hombros, pintando de castaño el traje de oficina que llevabas puesto, tu cuerpo redondito, de pechos grandes y caderas ...
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