1. TE LLAMARÁS WANDA (2)


    Fecha: 07/04/2019, Categorías: Transexuales Autor: marcos-wanda, Fuente: SexoSinTabues30

    ... sin que nadie nos vea y te quedás siempre a mi lado”
    
    Yo estaba en una situación de lo más incómoda, ya que por un lado me moría de ganas, pero por el otro, tenía muchos temores, siendo, el principal de ellos, qué decir en mi casa, aunque rápidamente salvé ese inconveniente, al recordar que justo era el cumpleaños de un compañero de colegio; mi salvoconducto perfecto.
    
    El sábado, Casandra me vistió y me produjo de una manera alucinante; yo me sentía una mujer hermosa, una chica por demás agraciada y tan obnubilada estaba, que ni siquiera reparé en el hecho concreto, de observar a mi alrededor, al subirme al auto.
    
    Una vez en el Cabaret, mi sensación era la de estar en una especie de “templo del sexo”, ya que todo estaba ambientado (como no podía ser de otra manera), para ese fin.
    
    “¡Te voy a presentar como mi sobrina!” – Dijo Casandra, mientras nos acomodábamos detrás de la barra de tragos.
    
    Imagínense, por un momento, cómo me sentía yo en ese ambiente y en la época en que ello se produjo, es decir, hace 35 años atrás; estaba maravillada de todo ese entorno y más aún al ver a las chicas y a los “parroquianos” en acción; me fascinaba verlas moverse en el lugar; me encantaba ver como hacían excitar y calentar a los hombres, cómo los provocaban, los seducían, los incitaban.
    
    La oscuridad de lugar; las luces tenues e inclusive las siluetas sexuales que podían divisarse, aunque difusas, detrás de los cortinados; todo era hermoso, bello, asombrosamente alucinante para mí.
    
    “¡Ella es Wanda! ¡Mi sobrina!” – Dijo Casandra, mientras me presentaba a un joven muy pero muy apetecible, al cual ni siquiera lo había visto acercarse, debido a mi estado de obnubilación.
    
    “¡Hola Wanda! ¡Pero que jovencita tan linda!” – Dijo el hombre, luego de presentarse como Roberto.
    
    “¿Quieren conversar un rato? ¡Pueden sentarse allí!” – Exclamó Casandra, mientras cruzaba conmigo una mirada cómplice y con el hombre, una sonrisa pícara y socarrona.
    
    El muchacho aparentaba unos 20 años, más o menos y al preguntar mi edad, dije 18 (tal como me había instruido Casandra); caminamos hasta el sitio indicado y en eso, sentí su mano bien cerca de mi culo.
    
    Yo ya estaba tan caliente y tan excitada, que, si me lo hubiera propuesto, me dejaba coger allí mismo y en ese instante, pero recordé las recomendaciones que me habían dado al respecto: “Hacer que el hombre se desespere y se vuelva loco de deseo” y me senté a su lado, mostrando algo de desinterés en un primer momento.
    
    La conversación fue subiendo en clima, obviamente en todo lo relacionado con el sexo, hasta que, en un momento determinado, yo ya estaba sentada sobre sus rodillas y el muchacho directamente manoseando y toqueteando mi culo; hubiese deseado que ese momento no finalizara nunca, pero en lo mejor de la velada, Roberto se paró y fue hasta la barra, para posteriormente volver y decirme:
    
    -“¡Te llama tu tía!”
    
    Fui hasta donde estaba Casandra y me dijo, sin ningún tipo de preámbulos:
    
    -“¡Te quiere ...