1. Vendedores a domicilio


    Fecha: 07/04/2019, Categorías: Bisexuales Autor: Jhosua, Fuente: TodoRelatos

    ... lo cierto es que deseaba continuar, espacio de tiempo que me dio porque ella descansara. Pero viéndome por mi propia pareja apartarme, pidiéndome el desayuno, tocando levantarme, y encaminarme hacia la cocina.
    
    Cosa que, tras preparar unos cafés y algo para succionar el desgaste, apareciendo con ese desayuno en la salita, donde mi esposa aparece ya vestida, y preparada para irse a trabajar. Prendas que, me da por acercarme por detrás y acariciar sus nalgas, y restregar mi polla a modo de pedir guerra, y esta misma, tras apartarme, no deja de insultarme, y decirme...
    
    Soltar, y esta misma decir...
    
    Y marcharse a trabajar, informándome que no nos veríamos hasta la noche, pues como salgo sobre las diez de la noche, no nos queda otra, y tras el muerdo, se va. Quedándome yo solo, darme por mirar la hora, y tras abrir el portátil, darme por abrir mi correo privado, dándome por responder a mis seguidores, calentándome con algunos, y dejarme llevar por la excitación... uuummm!!.
    
    Viéndome no caliente sino lo siguiente, darme por dirigirme hacia mi dormitorio, y del fondo de uno de los cajones, sacar un plug anal, y popper, colocándome una prenda muy sexy, como unos culote... uuummm!!. Finalizando por coger, y colocarme un par de alfileres de la ropa en la punta de mis pezones, cuyo dolor me pone, y no os imagináis de qué manera... ooohhh!!.
    
    Y continuar con aquellos, cuya conversación he tenido que dejar en ‘estambay’, cuyas ideas y sugerencias de esos hombres, me pone y de qué manera, cuyo consecuencia se ve visiblemente en mi culote... uuummm!!. Ya que sobre la zona de encajes, predominaba esa mancha blanquecina que, no era otra cosa que el precum, sabor y olor que, me tenía a mil... uuuffff!!.
    
    Y en esos momentos, suena el timbre de la puerta, dándome por mirar la hora, pues no espero a nadie, hora cuyo reloj marca las diez menos cuarto de la mañana, y darme por colocarme en esos momentos, una de la camiseta de tiranta que casualmente es de mi pareja.
    
    Pecando de no ser precavido, pues sin llegar a mirar por la mirilla a modo de saber quién coño es, me da por abrir la puerta, encontrándome a un par de señores, emperifollados en su traje gris uno, y azul marino el otro, presentándose ambos como trabajadores de la ‘Junta de And...’.
    
    Individuos muy serios de traje y corbata, cuyos cuerpos no van en consonancia de esos trajes, pues estos marcan cuerpos fornidos, aunque hoy día, rara es la persona que no marque músculos, tabletas, o que se yo.
    
    Bueno sigo, comienzan estas dos personas a darme una amplia información, ya sea de la propaganda que debían de haberme echado en el buzón, cuya previa encuesta debía de estar preparada. Y aunque me dieron las ganas de echarlos, me dio por aguantar más por respeto que otra cosa, información que, me daba uno de esos ‘clon’, pues ambos eran similares al físico, y aspecto.
    
    Hombres de al menos el metro ochenta y muchos de altura, y como he mentado antes, eran corpulentos, físico que di por echo por ...