Vendedores a domicilio - Relatos Eróticos

Vendedores a domicilio

... convulsiona, como tiembla, y con la mezcla de todo, lanza un primer grito, cuya consecuencia no es otra que su orgasmo, y aunque no deseo parar, le da por tirar de mí, acabando en un apasionado beso... uuuffff!!.

Tocando la hora de la penetración, colocándome arriba, y que sea yo quien se mueva, pues no deja de hacerme saber que debe de descansar, cosa que no me importa. Pues así de primera, cojo y se me ocurre preguntarle...

Pregunta que sabe perfectamente por donde voy, pues con una sonrisa en su cara, le da por elevar sus piernas hasta dejarla descansar en mis hombros, movimiento que aprovecho para introducírsela... uuummm!!. Escuchando decirme...

Y como se la introduzco despacio, sabiendo de sobra que, si voy en plan bestia, puedo lastimarla y dejarme sin sexo durante una o dos semanas, y, e ir acelerando, cuyos embistes, puedo ver por su rostro que está disfrutando, no dejando de gemir, jadear, e incluso suspirar... aaahhh!!. Preguntándome de vez en cuando...

Y ante mi negación, darle por cambiar de posición, no antes darle por chupármela, animándose, y deseosa a que me corra, cosa que tras unos minutos, soy yo mismo quien le aparto, y hacerla sentar encima, ayudándole a metérsela... ooohhh!!.

Quedándose como agarrotada, cosa que le hago que se ponga derecha, soltando un gemido... ooohhh!!, y comenzar a cabalgar, como tanto me gusta que haga, ayudándose a veces por sujetarse al cabecero de la cama, mientras la tengo sujeta por las caderas, nalgas, e incluso pechos... uuummm!!.

Disfruta, y comienza a acelerar, dándome por hacer el esfuerzo por acercar mi boca a sus pechos, chupándoselos, absorber, e incluso morderle con suavidad sus pezones... ooohhh!!. Mientras se retuerce, dándome por hacerla soltar del cabecero, e inclinarse hacia atrás, estirar sus brazos hasta apoyarse con las palmas de sus manos sobre la cama, dejándose llevar por el momento, y acabar en un nuevo orgasmo... ooohhh!!. Y una vez más, le da por preguntarme...

Viéndome como le hago saber que no, vuelve a preguntarme...

Y sin dejarle acabar, me da por colocarla en cuatro, ayudándome con lubricante, embadurnar mi polla, y su orificio anal, y muy placentera, calla y se muestra sumamente sumisa, inclinándose de manera que se la meta... uuummm!!.

Introduciéndosela lentamente, y poco a poco, ayudándome ella misma al hacerse un dedo, dándome por detenerme, retroceder, y volver a metérsela, quedándome quieto unos segundos, tiempo que le dé por adaptarse, y comenzar de nuevo a metérsela... ooohhh!!.

Comenzando a follármela, metiéndosela al compás de sus gemidos, dándome por pensar en esos momentos, aquello de... ‘menos mal que, no la tengo ni muy grande’. Y escuchar, como comienza a gemir, preludio de un nuevo orgasmo, me da por acelerar, e incluso forzar mi propia corrida, y en minutos, comenzar ambos a venirnos, dándome por sacársela, tras haberme corrido en su interior... uuummm!!.

Y aunque, me quede con la polla metida dentro unos minutos, pues ...