1. Otra Compilación Zoo.


    Fecha: 16/12/2019, Categorías: Intercambios Zoofilia Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... entonces yo metí mis manos detrás de ella y también le quité su sostén de bikini. Los chicos nos animaban a continuar, nos besamos con pasión, en ese momento sentí las manos de miguel que hacía descender mi bikini hasta mis tobillos y luego pasó su bajo mis senos, hizo deslizar su pene largo y duro entre mis glúteos y yo empujé mi coño para empalarme en su asta. Carolina había ido a arrodillarse entre las ´piernas de mi marido y le chupaba la verga concienzudamente, dedicada, aperrada, con pasión, entonces empujé a Miguel hacia el sofá, al lado de mi marido y me tragué la verga de Miguel con verdadera devoción. Carolina me miró y en esa mirada había un desafío, quien hacía que su hombre se corriera primero. No hubo necesidad de palabras, ella aferró los huevos de mi marido y trago su verga hasta que su nariz tocó su vellosidad púbica, yo aferré la verga de Miguel y lo masturbé con dos manos al mismo tiempo que peinaba su cabezota grande y amoratada lengua, los dos hombres estaba con sus ojos cerrados sintiendo y gozando nuestra tacita competición. Carolina estaba todavía con el entero pene de mi esposo en su boca y pude ver que mi marido comenzaba a tensar sus piernas, signo seguro de que estaba pronto a correrse, me desesperé y me tragué la pija de Miguel sin dejar de masturbarlo, inmediatamente sentí un chorro de esperma en mi paladar, me lo saqué de la boca y lo apunté a su vientre, borbotones comenzaron a rociar su estómago, miré a Carolina triunfante, ella solo se giró y abrió su boca llena del semen de mi marido, se habían corrido los dos al mismo tiempo y declaramos un empate técnico. Estos encuentros volvieron a repetirse otras veces más y estábamos felices los cuatro con nuestro nuevo descubrimiento, pero nosotras descubriríamos algunas otras cositas.
    
    Yo tengo un Dálmata y ella un labrador marrón de pelo cortito. Queríamos probar el sexo con nuestros perros, en secreto comenzamos a jugar con ellos a escondidas de nuestros maridos. Era algo salvaje, pervertido y prohibido, quizás por eso nos atraía aún más. Carolina razonó que si habíamos intercambiado nuestros maridos, perfectamente podríamos comenzar intercambiando a nuestros perros, yo no objeté nada porque York, su Labrador, me adora y yo lo encuentro terriblemente sexy con su pelaje dorado, todavía tenía que comprobar sí su pija era tan grande y gruesa como la de mi Dálmata.
    
    Organizamos el todo y tiramos a suerte quien iba a probar primero, la afortunada fui yo y debía incitar a York a follarme. De ese modo una de nosotras sería espectadora. Carolina me dijo que comenzara chupándole el pene a York y lo hice con un poco de reticencia inicial, pero al rato me gusto su sabor y su textura, era mucho más suavecito que el de mi marido. Luego me dijo que le ayudaría a follarme, me hizo poner en cuatro al borde del sofá y ella misma ayudo a York a subirse sobre mi espalda, el perro no quería y continuamente se bajaba, ella se agachó y chupó la verga de York haciéndola ponerse un poco ...
«12...111213...19»