1. Otra Compilación Zoo.


    Fecha: 16/12/2019, Categorías: Intercambios Zoofilia Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    Luisa: “Me pilló por sorpresa”.
    
    Acababa de llegar a casa de una larga carrera, “La maratón de Santiago”, y el día era muy caluroso. Todas mis prendas estaban empapadas en sudor y agua que me versé antes de retirarme a casa. Cogí una toalla, puse el ventilador al máximo, me quité completamente todas mis prendas hasta quedar desnuda y me tumbé sobre la toalla bajo el ventilador.
    
    Soy una mujer de treinta años en excelente forma física. Mientras estaba allí tumbada sentí a Jacky que comenzó a lamerme los pies y los tobillos. Me pilló por sorpresa, pero lo encontré relajante y divertido, me reí y pensé que quizás mi sudor era salado y eso le atraía, poco a poco subió a lamer mi pantorrilla. Tenía algunos conocimientos de chicas zoo, pero jamás se me pasó por la mente el que yo pudiese hacer algo con mi mascota. No he tenido relaciones sexuales en los últimos dos años, solo mis dedos y mi vibrador son mis fieles amantes.
    
    Su lengua subió hasta mi muslo y comenzó a explorar mi vagina, al parecer le gusto tanto el sabor de mi chochito que se echó entre mis piernas y cómodamente se dedicó con cuerpo y alma a lamer mis excitadas carnes. Nunca pensé que podía hacer lo que estaba haciendo con su lengua, empujaba su hocico y su lengua entraba en mi coño haciéndome chillar de placer, luego lamía al improviso mi clítoris. Después apretaba su nariz fría contra mi pelvis y hundía su lengua hasta el fondo de mi concha provocándome sensaciones que jamás había sentido.
    
    Después de dos orgasmos consecutivos mi clítoris estaba inflamado y delicado, era el mejor sexo oral que nunca había tenido, su ritmo no cambiaba, pero yo no resistía tres orgasmos seguidos, así que lo hice parar. Me volteé sobre la toalla con mis piernas cerradas y él se vino a lamer mi trasero, pronto hizo centro en mi ano y se puso a empujar su lengua áspera entre mis nalgas, nuevas maravillosas sensaciones al sentir mi culo bañado por su lengua preciosa.
    
    Inconscientemente levanté mi culo y me apoyé en mis rodillas y codos, abrí un poco mis rodillas para darle acceso a mi trasero y a mi coño, ya que su larga lengua barría de un solo lengüetazo ambas cavidades. Muy pronto me tenía en la cúspide de otro delicioso orgasmo, entonces sentí todo su peso en mi espalda y sus zampas rasguñaron mis caderas y muslos.
    
    —¡Wow! … ¿Qué haces? …
    
    Era evidente lo que intentaba hacerme, me apretó con mucha fuerza y comenzó unos enérgicos movimientos tratando de penetrarme con su pene. A este punto me fije en su miembro, no me preocupó mucho, porque solo se veían unos dos a tres centímetros. Pensé que un pene así de pequeño no me haría ningún daño. Además, estaba tan caliente que deseaba que me metiera su pequeña polla y me follara como una perrita. Aparentemente hizo centro y sentí su miembro dentro de mí, pero él se retiró después de un par de embistes. Me recosté sobre la toalla y volví a mirar su pija, pero ahora estaba casi toda fuera y no era para nada pequeña. Era la polla más grande que ...
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