1. Trueno y yo.


    Fecha: 13/12/2019, Categorías: Zoofilia Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... centímetros de su conchita ardorosa; lentamente comenzó a presionar su pubis contra la pata delantera de Trueno.
    
    Sintió el suave pelaje del equino, se sentía bien contra su vientre desnudo, la fricción era deliciosa cercana a su clítoris. Ya no sentía frio, su cuerpo reaccionaba con la adorable temperatura del caballo y su propio calor interior. Trueno permaneció quieto, no entendía ese extraño comportamiento humano, pero las caricias de la muchacha eran agradables.
    
    Las terminaciones nerviosas de su coño estaban hipersensibilizadas y jadeaba de placer rozando su joven cuerpo contra el musculoso y caliente cuerpo del caballo. Sin embargo, eso no le bastó; la masturbación cercana al animal era agradable, pero ella quería algo más, Luisa quería concretar su sueño, ya no había reparos morales que la pudieran hacer detenerse. Una neblina de lujuria y placer se había apoderado de su cuerpo y de su mente. Sentía el vació de su coño y quería sentir la plenitud que solo una gruesa verga podía brindarle, una pija descomunal como esa que Trueno tenía bajo su panza.
    
    La joven dio un paso atrás para quitarse sus bragas empapadas por la lluvia, sudor y sus abundantes fluidos vaginales. Poco a poco fue deslizando su mano bajo el animal, acercándose a la fuente de sus deseos, se agachó en las proximidades de los cuartos traseros del animal que mansueto disfrutaba la cálida mano que recorría su peluda guata. Se arrodilló y examinó el pene flácido de Trueno. Respirando profundamente, su mano acarició los pliegues rugosos y oscuros que escondían el fabuloso miembro del caballo.
    
    La maravillosa verga equina en su funda protectora se sentía suave y cálido. Los flancos de Trueno se estremecieron y el caballo lanzó un ahogado relincho de aceptación. Con la otra mano, Luisa abrió los mojados labios de su coño y comenzó a tocarse sensualmente, penetrándose con tres de sus largos y finos dedos. Afuera la furia de la tormenta estaba desatada y ella se sintió segura de que nadie vendría a disturbarla a la caballeriza.
    
    Lentamente, el mastodóntico pene del caballo comenzó a emerger en toda su majestuosidad desde la oscura funda de piel. Luisa entreabrió su boca y paso su lengua por sus labios resecos, sintiendo como la potencia sexual del animal se extendía prácticamente en su mano. Poco a poco crecía a su longitud bestial de casi medio metro de pija equina. Sabía que el único modo de apagar el fuego que había dentro de ella era meter el pene gigantesco de Trueno en las profundidades de su estrecho coño. Metió sus cuatro dedos dentro de su encharcada vagina y con su dedo pulgar restregó su botoncito turgente. El caballo resoplo y dio unos golpes de casco en el suelo de la caballeriza, distrayendo momentáneamente a la muchacha.
    
    Luisa trabajo casi con su entera mano dentro de su coño mojado, humedeciéndolo bien y aflojándolo para facilitar la penetración de ese pene gigantesco que pulsaba duro como palo en su otra mano. Forzó su mano entera al interior de su ...
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